Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

509 contradicción. Su obsesión por la historicidad del Cid, cuando vivió en Londres, 209 y sus trabajos de investigación sobre el poema, corre- rán paralelos a la implementación de un mundo muy distinto. Hay en estos estilos, en esta dicción del mundo, una herencia fran- cesa muy arraigada. Se trata de la creación normativa de una perso- nalidad. Ese personaje está revestido de las incidencias del ascetismo y de la caballerosidad española. El estilo jurídico de la codificación de Bello porta dentro suyo a ese personaje. Su aparición y ejecución no tiene nada de neutral, tiene una historia escénica. Este puede ser llamado el “personaje estándar”: el hombre diligente, juicioso, cuida- doso, el “buen padre de familia”. “El mismo hombre medio [dirá Na- bokov] no es sino un ente de ficción, un tejido de estadísticas” 210 y Be- llo enrieló y consagró a este invento llamado “buen padre de familia” en el artículo 44 del Código Civil . Es un personaje que no traspasa los límites de lo humano, cuya nobleza está mensurada y brilla también en el mundo doméstico. 211 Y es que Bello distribuye estos roles, diseña 209 En sus anotaciones de Londres, Bello mostró preocupación sobre la genealogía del Cid y de sus caballeros y allegados. Ver, por ejemplo, el apartado “Sandobal”, en Cuadernos de Londres , cuaderno VII, en Bello ( 2017 , p. 268 ). Bello revisa y contrasta fuentes. Así, comenta la Historia de la Fundacion y antigüedades de San Ivan Peña, y de los reyes de sobreabre, Aragon y Navarra, dividida en cinco libros (Zaragoza: por Ivan de Lanaja y Qvartanet, 1620 ). Transcribe de esa obra: “Y yo pienso que esta ficcion de nombres la inventaron los primeros Escritores destas fabulas para que se entendiese que lo eran y no verdadera historia; aunque el tiempo, que tambien suele ser ignorante, con deseo de engrandecer las cosas del Cid, les dió entero crédito, como si fuesen verdaderas”. Y anota a párrafo seguido: “No habia Rey de Navarra que enviase la embaxada. D. Ramiro, heredado por el Rey D. Pedro, en el Señorio de Monzon”. Cuadernos de Londres, cuaderno VII, en Bello ( 2017 , p. 509 ). 210 Nabokov ( 2010 , p. 19 ). 211 Un bonito ejemplo de lo que Bello entendía por “el buen padre de familia” lo encontramos en la necrología escrita por él para el coronel Jorge Beauchef, pu- blicada en El Araucano, número 512 , el 19 de junio de 1840 , en la que Bello saca a relucir, a diferencia de otras notas de esta misma naturaleza, aspectos domésticos del personaje: “En Beauchef, el hombre no era menos digno de estimación que el soldado. Cuando, perdida la salud, obtuvo su retiro en 1828 , se dedicó exclusiva- mente al cuidado y educación de sus hijos, a quien amaba con indecible ternura. El escaso producto de su reforma era lo único con que contaba entonces para sostener a su familia; y uno de los rasgos que más le honran es la resignación con que se dedicó al manejo de negocios tan ajenos de su profesión, como repugnan- tes a sus inclinaciones naturales y a los hábitos de una larga vida. Pero ¡amaba a sus hijos! Beauchef era un dechado de virtudes domésticas”. “El coronel don Jorge Beauchef”, en Bello (Vol. XXVII, p. 373 ). Por otra parte, en noviembre de 1833 y marzo de 1834 Bello comienza a publicar sus artículos sobre el uso de la lengua castellana. Esos artículos llevan por título “Advertencias sobre el uso de

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