Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

479 Al menos, eso indica su biblioteca personal, en la que destacan las ediciones en lengua francesa de los libros de Jeremy Bentham. 150 La prosa de Bentham se vuelve más decepcionante al conside- rarse lo que él tanto quería conseguir: convertirse en un legislador universal, que ofrecía sus servicios con tanta desenvoltura. Lo que Bentham acaso olvidaba era que el legislador había sido antigua- mente el poeta, y que el poeta y la verdad no eran tan enemigos como él creía, sobre todo si la verdad y el Derecho son dos cues- tiones meridianamente distintas. El estilo de Bello sabía sugerirse por su propio fraseo, su impresionante capacidad para saber poner el adjetivo y nunca sobrecargar el mensaje. La nitidez de este estilo era la fuerza de su precisión jurídica, y conociendo las opiniones de Mill y Bentham sobre la poesía, no parece aventurado afirmar que había respecto de ellos una distancia insalvable. Cuando Bentham sostiene que los poetas quieren arrastrar el sentido común hacia sus percepciones, no hace sino sugerir que los poetas lograban algo que él no podía, y para lo cual requería de un traslado de sus obras por la lengua francesa. Bello, como poeta al borde de no serlo, nunca se convirtió en un enemigo de la poesía por no considerarse su cam- peón. Esta capacidad de conocer los límites de su propio talento es sin duda uno de los talentos de Bello. Su humildad daba espacio a los otros genios y personajes, incorporaba a sus enemigos, amparaba las contradicciones del mundo. Además, es posible que a Bello pudieron molestarle otros tufos de ese medio. Bentham había escrito Rid Yourselves of Ultramaria (“ Libraos de ultramar”), manuscrito en el cual aconsejaba a las cor- tes españolas desligarse de sus territorios americanos. Mientras, por un lado, Bentham estaba escribiendo para los españoles, diciéndoles que las colonias solo les traerían gastos y no riquezas, que debían abandonar el peso de las colonias, es decir, disminuir su imperio, por el otro, estaba ofreciéndose como legislador para aquellos estados 150 Ver Velleman ( 1995 , p. 41 ): “De las ocho obras de Bentham que tenía Bello, seis se publicaron en París entre 1818 y 1828 ; cinco traducciones por Dumont y una castellana por Ramón Salas”. Con todo, y una vez en Chile, en la biblioteca de Bello, la mayoría de los libros de Bentham estaban en ediciones francesas, algunas en inglés y un par en español, ibid ., pp. 130 - 1 .

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