Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
477 diferencia del vulgar, elude el empleo explícito de ese verbo), Bello busca siempre la máscara más adecuada y específica, una que en su máxima singularidad realice la designación del ser , esa no mención que es el logro más propiamente literario. Bello, además, aparece a menudo como un enemigo de los predica- dos universales. No es raro, pues tanto su Gramática como sus Prin- cipios de Derecho Internacional son manifestaciones del uso regular y constante regional, sin pretensiones de universalidad. Quizás sus textos de índole más universal (más traducibles y comprensibles en cualquier lengua y problemática) sean la Filosofía del entendimiento y la Cosmografía , que abordan la una la mente y la otra el universo. Pero incluso la Cosmografía , por universal que sea su temario, está “conta- minada” de analogías de la existencia chilena —o del hemisferio sur— que parece excluir lecturas transhemisféricas. bentham o sobre cómo ir sin estilo por la vida Ciertamente, la filosofía escocesa fue poderosa en él. Se ha hablado mucho, por otra parte, de su cercanía a ciertos medios “progresistas” en el Londres de la segunda y tercera décadas del siglo XIX, círculos profundamente antimetafísicos. Había dos círculos —relata John R. Dinwiddy— a los que accedió Bello: el de los “benthamistas” y el de los “liberales”, llamado el círculo de House Holland. Por entonces, en la Europa reaccionaria y monárquica de la Restauración, Londres es el centro de los refugiados liberales españoles y “el centro espiritual deración a los méritos de uno de sus abuelos, que en griego significaba ir. ¿Qué es pues rigorosamente en el día? Es, responde en sustancia el mismo autor [un “moderno filólogo” que Bello no menciona], una mera cópula, una conjunción, que a la verdad parece verbo, porque tiene todos los accidentes de tal, personas, números, tiempos y modos, y hace los mismos oficios en la oración; pero no lo sería si treinta siglos ha no hubiera significado movimiento. ¡Así le vemos hoy recordar instintivamente su origen, y apropiarse como por derecho hereditario, cuatro tiempos enteros de la conjugación de ir! ”, ibid. , pp. 363 - 4 . Aún Chomsky —y, con él toda la gramática que conozco— ocupa la noción de “cópula” en el análisis de las oraciones con el verbo “ser”. Bello no distingue una “estructura profunda” de la “superficial” (Chomsky): eso le hubiera servido para mejorar su análisis. Ahí parece “víctima” de su afición por la superficie.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=