Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
472 no es capaz de corregir un uso de la lengua. A propósito de la pala- bra “sentir”, Bello explica: “Desearía sólo que se notase su inexactitud psicológica, y que nos limitásemos a mirarlas como meros tropos”. 132 en la superficie Pero, ¿en qué sentido se dice que pudo haber sobrevivido la obra de Andrés Bello? La gramática castellana actual no se ajusta enteramente a su Gramática; el Código Civil ha sufrido el llamado proceso de des- codificación; su poesía para muchos es más bien una reliquia. Quizá la clave está precisamente en la “supervivencia” y no la “sobrevivencia”. El legado de Bello es muy ruinoso. Más que sus letras íntegras (a no ser por el Código Civil , que no se lo lee poco), lo que de Bello supervi- vió fue algo así como un “espíritu”. pero con cierto énfasis sobre la cualidad o sobre la cantidad o número de las cosas”, ibid ., p. 110 . 132 Filosofía del entendimiento, en Bello (Vol. III, p. 68 ). En “Observaciones sobre el uso vulgar o trópico de ciertas palabras”, Bello escribe: “El uso común de nuestra lengua suele dar también al verbo sentir una significación diferente de aquella en que he creído que psicológicamente debemos fijarlo. Aplicámoslo a menudo, en el modo ordinario de hablar, a ciertas percepciones ligeras del oído y del tacto, como cuando uno dice que siente pasos, o que ha sentido un temblor de tierra. Solemos también designar con él las percepciones sensitivas internas y aquellos modos complejos que hemos denominado sentimientos, emociones, pasiones. En estos significados se siente hambre, sed, sueño, cansancio; se siente la muerte de una persona querida; se siente simpatía con los padecimientos ajenos; se siente horror, aversión, tristeza, alegría: frases todas psicológicamente inexactas. Esta multitud de significados del verbo sentir fué sin duda lo que condujo a imaginar que todos los actos del alma no eran más que la sensación transformada. Sensible es aún más vario en sus acepciones vulgares. Aplicado a las causas cor- póreas remotas significa lo que puede producir impresiones orgánicas bastante fuertes para originar sensaciones. Así sucede cuando decimos que un cuerpo da calor sensible, o que el calor de una pequeña porción de aire no lo es. Así califi- camos de sensible el cutis, y de insensibles el cabello, las uñas. Solemos también designar con esta palabra la facultad de experimentar sensaciones, como cuando decimos que los animales son sensibles, y que no lo parecen las plantas. Final- mente, expresamos con ella la susceptibilidad de emociones delicadas y vivas, y en este significado damos la calificación de sensibles a ciertas personas y la negamos a otras. Sensibilidad admite asimismo variedad de significaciones, correspondiendo a la segunda, tercera o cuarta que acabo de indicar. En la segunda de ellas concede- mos sensibilidad al cutis, en la tercera a los animales, en la cuarta a las personas que se apasionan vivamente, por causas que en otros individuos producirían ape- nas emociones ligeras. Estoy muy distante de pretender que se destierren del lenguaje las acepciones vulgares que dejo señaladas”, ibid ., pp. 67 - 8 .
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