Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
469 teonómica (que ya había sido interrumpida por culpa de Shakespea- re). 126 Le Verrier y Adams, por separado, al percibir una perturbación en el movimiento de “Jorge” a la luz del cálculo heredado de Newton, supusieron que había un gigante moviéndose mucho más allá: Los movimientos de Urano eran todavía un problema insoluble para los astrónomos. [...] Júpiter y Saturno, únicos planetas que pudieran influir sobre él de un modo sensible, no bastaban para explicar el efecto. Notábase constantemente una diferencia entre el verdadero lugar de aquel astro y el que le asignaban las tablas [...] Este solo cuerpo parecía no ajustar enteramente su carrera a las fór- mulas de la gravitación newtoniana, y no faltaba ya quien pensase que era necesario corregirlas introduciendo en ellas algún nuevo elemento. M. Leverrier emprendió descifrar el enigma. Recorrió con infatigable perseverancia todo el cúmulo de observaciones y de cálculos relativos al rebelde planeta; determinó exactamente la parte que debía señalarse a Júpiter y a Saturno en la producción del fenómeno; provisto de estos datos, comparó la senda calculada con la senda real; y llegó por fin a convencerse, por el más rigoroso raciocinio geométrico, de que no era, como algunos imaginaban, un vasto satélite, ni la resistencia del éter, ni el encuentro de un cometa, lo que ocasionaba la discrepancia; que sólo era admisible la suposición de un nuevo planeta, y que éste debía ser un gran globo para producir tan extrañas perturbaciones, y debía girar precisa- mente fuera y a gran distancia de la órbita de Urano. La memoria en que se desenvolvían estas y otras consideraciones, 126 En efecto, en 1787 , William Herschel descubrió los dos satélites mayores de Urano a los que dio nombres de personajes de la mitología celta más conocidos como los protagonistas de A Midsummer Night’s Dream , de Shakespeare: Titania y Oberón. Luego, en 1851 William Lassell descubrió otros dos satélites de Urano a los cuales, por consejo de John Herschel, hijo de William, bautizó con nombres no grecorro- manos: Ariel tomó su nombre del personaje de The Tempest , de William Shakes- peare, y Umbriel, del personaje del poema The Rape of the Lock , obra de Alexander Pope. En 1948 , con el descubrimiento de un nuevo satélite de Urano, se incorpora- ría otro personaje del romance de Shakespeare: Miranda, la hija de Próspero. Como se ve, en los siglos XVIII, XIX y XX, los admiradores del “histrión salvaje”, como lo llamó Voltaire, clavaron la bandera de su dramaturgo en varias lunas de Urano, que de otra manera hubiesen llevado nombres de personajes de Esquilo, Sófocles y Eurípides, que fue la restauración francesa de Le Verrier con Neptuno.
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