Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

430 había escrito un gran libro a los cincuenta años, sino poemas sueltos y artículos. Pobre, socialmente solitario, sin haber aún alcanzado una posición digna, hubiese sido totalmente olvidado de no haber estado dispuesto, después de tantas penurias, a empezar recién ahí la reali- zación de sus aspiraciones y a consolidar sus obras. A fin de lograrlo tuvo que abandonar el ruido de una importante capital europea para retirarse a una remotísima provincia de ultramar. Esta no es sino la paciencia de Bello. Había nacido en 1781 , vivido en Londres entre 1810 y 1829 , y pasa a Chile en esa última fecha. En muchos casos la filología ayuda a la psicología. “Paciencia” viene del latín pati ‘padecer’ (de donde, también, “pasión”, “pasible”, etc.), que es hermano del griego pathein … (“padecer”). Hay en Bello algo de esa paciencia de sufrir en paz, sin desesperarse, pero también del avergonzarse, de apenas atreverse a pedir para sí. Turguénev escribió que “avergonzarse es una señal de juventud”. 54 Se sabe que Bello fue muy tímido, que entró acompañado y anónimo en Londres, que apenas habló de su vida a los hermanos Amunátegui. Tal vez su timidez resultó de “sufrir de vergüenza” y por lo tanto de una juventud que se extendió más de lo corriente, al punto de haber tomado confianza en sí mismo en el crepúsculo de la vida. La paciencia de Bello es también hermana de su escepticismo, de esa certeza de que todo lo que se espera con ansias, decepciona: “Cuando deseamos una cosa con ardor, pensamos en todos los medios posibles de llegar a ella y nos exageramos su eficacia”, escribe en la Filosofía del entendimiento. 55 dificultades. Si el candidato a Philosophe tenía suerte podía, mediante el cultivo y exhibición de las buenas maneras y el estilo al uso, deslizarse en los círculos de “ le monde ”, lograr no un mecenas (figura que había pasado de moda) sino que integrarse a círculos de protección y hacerse de incluso una pensión, si lograba triunfar. Pero también podía quedar atascado en su carrera literaria, transformado en uno de los miles de “pobres diablos” literarios que circula- ban por París. Darnton ( 2003 , p. 33 ). El analfabetismo, la escasez de impren- tas hacían que solo una treintena de escritores pudiera vivir en Francia de sus libros. De ahí que este sistema de protección durase hasta que en el siglo XIX se alfabetizaron las masas y la imprenta se desplegó ella y sus lectores, ibid. , p. 35 . La carrera literaria francesa era el paradigma indiscutido en tiempos de la formación de Bello. 54 Turguénev ( 2009 , p. 312 ). 55 Filosofía del entendimiento , en Bello (Vol. III, pp. 332 - 3 ).

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