Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

428 su sensibilidad. Los Amunátegui observaron que Bello era un poeta que renegaba o acaso olvidaba sus creaciones, que ellos explicaban en la pura negligencia. Esto ocurre a ciertos poetas: Borges, por ejem- plo, que o olvidaba o se hacía el olvidadizo con sus propios hechos literarios. A propósito de “A Peñalolén”, decían los Amunátegui “no lleva al pié ni firma, ni siquiera iniciales, del autor. Nuestro poeta da tan poca importancia a sus producciones poéticas que habia olvidado completamente la que acabamos de citar, i ha sido menester que se le presente el Aguinaldo, i que vuelva a leer su silva, para que la reconoz- ca por suya”; 49 y lo comparan con el paternal Rousseau: “Don Andres Bello ha obrado a menudo con sus versos, como Rousseau con sus hijos, abandonándolos en la inclusa de los periódicos, sin concederles con frecuencia ni aún el amparo de las iniciales A. B. de su nombre i apellido”. 50 Pero no se sabe hasta dónde esta desaprensión con la obra propia, en el caso de Bello, respondió a una autocrítica severa. 49 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 224 ). 50 Ibid., p. 220 .

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