Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
412 disposición aplicada de su escritura, con el hallarse incómodo, aunque muy competente, en la elaboración abstracta y general. Por ejemplo, encontramos estas palabras que guardan una intensa sintonía con las de Stendhal en Racine y Shakespeare . Dice Bello entonces: “[D]iría- mos que en los antiguos hay más naturaleza y en los modernos más arte. En aquellos, encontramos soltura, gracia, fuego, fecundidad, lo- zanía, frecuentemente irregular y aun desenfrenada, pero que en sus mismos extravíos lleva un carácter de grandeza y de atrevimiento”. 12 Este es el arte por sobre la naturaleza. Y es que, a sabiendas, Bello es un poeta que no explora su subje- tividad, un poeta que “como Píndaro, no cultiva su dolor, sino que lo disimula”, 13 o, para ir más allá, un poeta anterior a la “autonomía literaria”. Bello pertenece a una época en que las escrituras participan de proyectos políticos. 14 Hay, entre sus letras —aunque no las más ce- lebradas e inéditas en vida— una que otra poesía de ocasión, como el siguiente soneto rescatado por Miguel Luis Amunátegui Reyes, en que se repiten lugares comunes del patriotismo americano: Despierta, Chile, del letal reposo en que yació tres siglos sepultado; y a ser libre o morir determinado, al campo corre de la lid glorioso. Vence y humilla al español coloso; y del laurel triunfante coronado, al poder y grandeza a que es llamado, se adelanta con paso presuroso. Intenta detenerle en su carrera un opresor que el continente indiano a nuevo yugo someter espera. 12 “Juicio sobre las obras poéticas de don Nicasio Álvarez de Cienfuegos”, en Bello (Vol . IX, pp. 199 - 200 ). 13 Rodríguez Monegal ( 1980 , p. 117 ). 14 Montaldo ( 2009 , p. 21 ).
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