Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

41 americanos, por una parte, y, por la otra, será una forma romántica de asumir la “diferencia” chilena. Finalmente, a partir de la base gramática, Bello concibe un estilo , que es un orden flexible y que aparece especialmente en la literatura. Aquí Bello es crítico, modelador y creador. La gramática se manten- dría imbricada con el estilo hasta que el modernismo se despidió de ella para siempre. Las maneras de ser de Bello, en tanto sus textos oficiales y su sintaxis propia, logran una síntesis a la que llamamos su estilo. Este estilo tiene de organización gramática todas aquellas ne- cesidades reglamentarias que hallamos, por ejemplo, en los Principios de la ortología y métrica , donde refulge algo así como un verdadero imperio de las letras que, desde el punto de vista jurídico, es un im- perio de las leyes. Por otra parte, la libertad del estilo, propiamente creativa, hace que Bello valore, muchas veces más allá de sus propios modelos estilísticos, la inventiva humana de su tiempo. Ahí entonces está el Bello que, pese a notar tantos errores, tantos excesos, tantas sobredimensiones, llora leyendo Los miserables de Victor Hugo o se transforma en un traductor libre de su poesía. contra la rima prematura Siguiendo a Proust, no se trata de analizar a Bello en forma abstracta, sino que de recrearlo para hacerlo vivir. En esta narración, este reco- rrido por un espíritu, algunas veces diré quizás… , tal vez…, es posible que… pues lo que la imaginación sugiere muchas veces no está respal- dado por pruebas contundentes, y, sin embargo, nos empobrecería- mos si lo callásemos. Y es que intentaré dibujar aquello que Goethe llamó “la epopeya subjetiva” (refiriéndose a la novela) de Bello. Se observa, en la bibliografía contemporánea, una tendencia a abrir expedientes a los autores: en ese proceso, el autor —Bello es el caso— queda “tipificado”, casi encarcelado. Vuelve así, por ejemplo, a probarse la tesis de Foucault, en lo que atañe al saber y al poder. Pero al revés de compaginar el expediente a la luz de ese modelo, me interesa, en su lugar, seguir un rodeo previo. La creación literaria, la narrativa misma, tiene algo de esto, es siempre una manera de no ir al

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