Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
40 traduce, cita. A quiénes menciona en momentos fundamentales, tales como el “Discurso pronunciado en la instalación de la Univer- sidad de Chile”. O bien, en Londres y en Chile, con quiénes Bello traba amistad y de quiénes huye. Quiénes son sus admiradores, sus detractores y protectores. Y, una vez muerto, quiénes continúan su programa. Qué se dice de él. En suma, qué ocurrió con eso que se llama a veces legado. El primer asunto es el de la libertad, pues es la palabra preferida de la llamada “emancipación” y se vuelve muy entreverada. Como escribe Germán Carrera Damas: “Al procurar su autonomía política y, más aún, al esforzarse por consolidarla, el criollo tuvo que producir respuestas propias a problemas hasta en- tonces no codificados”. 55 El ejercicio de Bello es el de codificar las respuestas a estos problemas de la libertad en América hispana. Él ya no es ingenuo, ha adquirido ironía, digámosle “romántica”, sobre el problema de la libertad. Es posible adelantar que, como sugiere Bello, la gramática es un orden al interior del desorden, un conjunto de reglas sobre las que descansa la existencia desbordada. Las reglas de la gramática no son un catálogo de fórmulas, sino los dispositivos que permiten que la comunicación exista, que el idioma siga siendo útil y uno, para que así se realicen las infinitas combinaciones del lenguaje, que son tanto una muestra de la libertad como su gradual cambio por el uso en el líquido amniótico de la normatividad. Son ese mismo conjunto de reglas las que garantizan la unidad de lo que se puede denominar un buen fantasma legado por el im- perio ya deshecho. O sea, cuando hablamos de la idea de imperio en Bello no nos referimos al Imperio Español mismo en las Indias, sino que a una organización que, desde la lengua común, refuerza su unidad, y que debe ser entendida como una organización gramati- cal de los pueblos americanos. Por lo tanto, es vital investigar cómo Bello entendió la gramática americana, cómo describe y prescribe el Derecho Internacional afín a los americanos y cómo organiza el material sobreabundante del Derecho Civil que, como veremos, será el habla privada del Derecho Internacional, el cual convendrá a los 55 Carrera Damas ( 1993 , p. 76 ).
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