Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

393 estilo imperio americano Bello pensaba que España había negado las libertades civiles y políticas a los súbditos de su imperio, que los había dejado recluidos “al lugar que la naturaleza les había asignado”, sin permitirles “abrir los ojos a la luz del saber y de la civilización”. Sostendrá que las independencias fueron en buena parte producto de un “entusiasmo”, que no tenía las “raíces profundas” que la libertad tenía en otros lugares. El resultado será “las naciones”, en las que no hay un interés fundamental y funda- mentado por la libertad. 407 Toda la empresa bellista, entonces, en aras de la libertad y la civilización, supondrá algo de la paciencia del arte agrícola (recordemos su silva a la agricultura en la zona tórrida). Se tra- tará de disputarle a la naturaleza sus asignaciones forzosas por medio de trabajos que hagan a las raíces adueñarse del fondo de los territorios. (“ L’excès de ce bonheur me met en défiance ”, 408 dice la Jimena de Cornei- lle en su Le Cid ). El arte, a paso seguro, recrea así la naturaleza: “para ti sola el verde suelo pinto/ con el clavel, la viola y el jacinto”, 409 dice la “Égloga” escrita a imitación de Virgilio ya entre 1806 y 1808 ; o bien, por esa misma época, a la soprano que lo deslumbra en Caracas: 407 “Responsabilidad de los Jueces de primera instancia”, en Bello (Vol. IX, p. 197 ). 408 Es decir: “El exceso de bien me hace desconfiar”, como dice en Le Cid , Pierre Corneille. 409 “Égloga”, vv. 79 - 80 , en Bello (Vol. I, p. 30 ).

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