Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
366 Y después, en marzo de 1857 , Manuel Ancízar le hace ver el problema geopolítico que significa Estados Unidos con sus “esclavócratas del Sur” para los hispanoamericanos y en especial Colombia: Los señores yankees nos están poniendo en calzas prietas, como ha- brá visto Ud. [...] A tal punto han llegado las cosas que nuestro Con- greso está discutiendo medidas para la defensa del país. Aquel Go- bierno filibustero envió un comisionado que vino a ofrecer algunos millones de pesos por las ciudades de Panamá y Colón y un grupo de éstas de la bahía panameña. Se le contestó que no éramos mejicanos, y se ha retirado prometiendo invasión y ocupación del istmo. [...] No culpemos a la democracia por esos envenenados frutos: ellos perte- necen a los Estados esclavócratas del Sur, que amenazados de mi- noría en el Senado quieren hacerse a todo trance de territorios para poblarlos de esclavos y convertirlos en Estados con representación en el Senado de Washington. La esclavitud, es decir, la más inicua de las tiranías, no la Democracia, será la causa de la ruptura de la Unión y de los escándalos que darán esos bucaneros de nuevo linaje. 360 Los intercambios con Manuel Ancízar comentando la geopolítica se prolongarán hasta la muerte de Bello. Achacoso, 361 en una carta fe- chada en Santiago, el 16 de julio de 1865 , le reprocha el estado de “desunión” de la “Unión Colombiana” y le presenta el ejemplo de los Estados Unidos: Como Ud. alude al estado político de la Unión Colombiana, permí- tame decirle que yo no puedo menos de ver en él una verdadera 360 Ibid ., p. 352 . 361 Difícil saber hasta qué punto el tono de reproche se debe a los achaques que sufre Bello. En el mismo curso de la carta, promete enviar otra más extensa, comentando asuntos literarios: “Escribo ésta hoy Domingo y día del Carmen, o por mejor decir de las mil y una Cármenes que esperan cuando menos un recuerdo, ya que no sea posible una visita. Pero lo peor de todo es que me hallo completamente trasnocha- do y con una intolerable agravación de mis achaques habituales. Ofrezco por vía de indemnización dirigir a V. dentro de pocos días, otra carta en que pueda hablarle con alguna más extensión de las cosas presentes, sin olvidar los Ocios Poéticos del Señor Lleras y las recientes publicaciones del señor Justo Arosemena, de quien soy decidido admirador, aunque le creo demasiado utopista”. Ibid ., pp. 476 - 7 .
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