Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

351 la civilización contra el imperio La nieta, a quien ya he citado, Ana Luisa Prats Bello, escribió sobre su abuelo: “Andrés Bello ha sido un gran literato y un sabio que ha ejercido influencia profunda y eficaz en los destinos de Chile, de la América, y aun de la civilización”. 320 Las palabras de la nieta (que no por nieta estaba equivocada) recuerdan un aspecto fundamen- tal: Bello era la civilización. Había en él, como en sus discípulos, una suerte de dignidad europea que no quería verse ninguneada por España ni menos por la civilización. Una mezcla de orgullo ameri- cano y desprecio de sus defectos. No había que “afear” la literatura —como escribieron los hermanos Amunátegui— “por incorreccio- nes gramaticales, que podrían hacer creer que los colonos se ha- bían sublevado, no solo contra la metrópoli, sino también contra la lengua castellana”. 321 Y es cosa cierta que los discípulos de Bello invirtieron grandes esfuerzos en dar a conocer al maestro, elevarlo a la categoría de figura universal y no meramente local o regional, mientras pesquisaban las opiniones favorables a Bello y a América hispánica, aunque fuesen las de autores que serían, a la larga, menos 320 Prats Bello ( 1971 , p. 220 ). 321 Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 193 ). En referencia a “El Himno de Colombia” que Bello, en Londres, dedicó a Bolívar, y que ellos repro- dujeron décadas después.

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