Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

329 el imperio de las leyes Como explica Marc Fumaroli, la imprenta fue la tecnología que, al permitir publicitar, divulgar, y expandir ideas religiosas y políticas (en suma, panfletos de los más diversos temas), dio poco a poco a los viejos humanistas herederos de Petrarca la conciencia de que tenían un papel. En 1417 , Francesco Barbaro, discípulo de segunda genera- ción de Petrarca, llamó a este fenómeno Res Publica Litterarum , 281 red social que desde el inicio se da en un género privado epistolar, 282 en el que pueden incluirse las cartas de los distintos intelectuales hispanoa- mericanos del siglo XIX, como es el caso de Bello con Manuel Ancízar y Juan María Gutiérrez. No obstante, como Marc Fumaroli le recuerda a Elizabeth Eisens- tein, la invención de la imprenta no fue una panacea. La lectura gene- ralizada de la Biblia, en parte un efecto de su invención, bañó a Euro- pa en sangre. 283 Después de las guerras cruentas del siglo XVII (que no son más que guerras de lectores de naturaleza civil, internacional y religiosa), la Paz de Westfalia logró apaciguar ciertos espacios. Esta paz, en tiempos de Voltaire y Rousseau, gozaba de gran prestigio, pero fue cada vez más criticada hacia finales del siglo XIX, cuando 281 Fumaroli ( 2013 , p. 15 ). 282 Ibid . , p. 16 . 283 Ibid. , p. 8 .

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