Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

305 una guerra, y recuerda “los tiempos pasados en que el mar no era tan a menudo el teatro de las hostilidades”. 232 En medio de un proceso histórico complejo, donde las coyunturas parecen infinitas, a los gobiernos les cuesta establecerse, y donde las reglas viejas y nuevas están poco claras (no se sabe si son viejas, nue- vas y si son o no reglas), los Principios de Derecho de Gentes , el ante- cedente de lo que hoy denominamos Derecho Internacional Público, proponen el uso general y reiterado como un criterio de ubicación. Y es que el Derecho Internacional es requerido a falta de un imperio a la manera romana. 233 Una nueva república se conmociona, cae un gobierno y sube otro, “no por eso —escribe Bello— debe creerse que están sus vecinos obligados a reconocer todas las mutaciones efíme- ras que puedan brotar del seno de una revolución”. 234 En verdad, poco a poco, gracias a los Principios de Derecho de Gen- tes Bello irá adquiriendo una fama de árbitro internacional en una época muy difícil para el orden americano. Este libro, que fue “pla- giado escandalosamente en España”, 235 llevará a tanto la fama de Be- llo como internacionalista que, en 1864 , ya retirado y ad portas de la muerte, Estados Unidos le encomendará arbitrar un asunto pendiente con Ecuador 236 y en 1865 , lo mismo harán Colombia y Perú. hijo ausente que atravesó el océano para visitar regiones distantes”. Filosofía del entendimiento, en Bello (Vol. III, pp. 315 - 6 ). 232 Principios de Derecho Internacional , en Bello (Vol. X, p. 309 ). 233 “Se puede pues considerar el derecho internacional como un derecho positivo, aunque imperfecto, porque sus reglas no están suficientemente determinadas, y principalmente porque le falta aquella base sobre que reposa el derecho positivo de cada pueblo, un poder supremo que lo haga reconocer y observar”. “Principios del Derecho Romano”, en Bello (Vol. XVII, pp. 249 - 50 ). 234 “Relaciones diplomáticas de los gobiernos de hecho”, en Bello (Vol. X, p. 497 ). 235 Barros Arana ( 1966 , p. 61 ). 236 En carta a quien fuera presidente de Ecuador Juan José Flores ( 1800 - 1864 ) y al alto agente diplomático de los Estados Unidos y elector de Abraham Lincoln, Friederich Hassaurek ( 1831 - 1885 ), fechada en Santiago, septiembre de 1864 , Bello rechaza la invitación. “Muy Señores míos: He tenido la honra de recibir el oficio que V.V.E.E. como miembros de la Comisión Mixta establecida para el arreglo de los reclamos entre los E. U. de América y la República del Ecuador, se han servi- do dirigirme desde Guayaquil en 24 de agosto último, confiriéndome el cargo de árbitro para fallar en los casos de discrepancia entre los vocablos [sic] de ella. Nada más hermoso ciertamente que el nombramiento que V.V.E.E. han hecho de mí para tan importante y delicado cargo, realzando esta distinción con expre- siones benévolas a que quedo profundamente reconocido. Pero esto mismo hace

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