Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

291 adjetivo que lo modifica (eso es bueno, eso es falso) , no es masculi- no ni femenino en cuanto a su reproducción o representación en el razonamiento; y por consiguiente es neutro bajo este respecto, porque neutro quiere decir ni uno ni otro , esto es, ni masculino ni femenino. Lo mismo sucede con otros varios sustantivos, como poco, mucho, algo , etc., que, sin embargo, de ser masculinos en su construcción con el adjetivo, tampoco pueden reproducirse sino por medio de sustantivos: « Poco tengo, pero estoy contento con eso »: no con ese ; « Mucho me dijeron, pero apenas lo (no le ) tengo presente»; « Algo intenta; algún día lo (no le ) descubriremos»: eso reproduce a poco , lo a mucho y algo . 198 La norma es construida desde sus fundamentos y los ejemplos sirven a ello. Así propuesta, la norma queda liberada de los ejemplos y puede imaginarse en casos no contemplados por los ejemplos. La “representa- ción en el razonamiento” que Bello describe, devela un fondo lógico de los casos expuestos, pero ese fondo no lo modifica. Así, la lógica opera de manera discreta, se restringe a grupos de casos que pueden ser otros más en virtud de esa misma lógica, pero no fuerzan el parentesco con otros casos que, por supuesto, Bello trata en otros lugares de la obra, los cuales conforman otros grupos asistidos de su propio fondo lógico. 199 Pues bien, García Bacca propone, a propósito de Carnap, que la Gra- mática de Bello sería “el metalenguaje de la lengua castellana”. 200 Por ejemplo, a propósito de los verbos irregulares en español, Bello explica que la gramática busca la “regularidad en las irregularidades”. 201 Esta 198 Ibid ., p. 95 . 199 Por ejemplo, refiriéndose al uso del artículo determinado en nombres propios de países o ciudades, Bello escribe en la sección 867 (k) de su Gramática : “En gene- ral, los nombres propios de naciones o países de alguna extensión pueden usarse con artículo o sin él, al paso que los de ciudades, villas, aldeas lo rehúsan. Pero las excepciones son numerosas. Algunos como Venezuela, Chile, no lo admiten; y en este caso se hallan los de naciones o países que tienen capitales homónimas, como Méjico, Quito, Murcia. Al contrario, hay ciertos nombres de naciones, paí- ses, ciudades y aldeas, que ordinariamente lo llevan: el Japón, el Brasil, el Perú, el Cairo, la Meca, el Ferrol, la Habana, el Callao, la Guaira, el Toboso ”, ibid ., p. 247 . 200 García Bacca ( 1982 , p. 346 ). 201 En la “Nota XI” de su Gramática dedicada a los “verbos irregulares”, Bello escribe: “Yo dudo que alguna de las lenguas romances sea tan regular, por decirlo así, en las irregularidades de sus verbos, como la castellana; lo que depende principalmente

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