Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
286 gramática, mas no la general, sino la de la gramática castellana. El descubrimiento de esta legalidad propia posibilitaría, según él, la inte- rrupción de la analogía romana: el paso de una historia fatalista a una historia gobernada por los seres humanos. Él era uno de ellos, ni más ni menos. La analogía diagnostica, pero puede resultar restringida y limitante. No todo es dependiente de la naturaleza, como pensaron muchos ilustrados del XVIII. En la etapa londinense Bello se encontraba desmadejando la histo- ria de Occidente, identificando los puntos de inflexión y las distorsio- nes de las lentes con que hasta ese momento se la había observado, como por ejemplo en el italiano: El Italiano, llamado al principio, Latin vulgar. De aquí la equivoca- cion de que Bocacio escribió su Decameron en latin; y varias tra- ducciones que se decian del latin lo eran del Italiano. 192 Aclara la nota, porque, en rigor, el latín no dejó de usarse de un día para otro, tal como el Imperio Romano no cayó en un fecha especí- fica, y mientras no acababa de suceder lo que sucedería, un germen de lengua nueva no se resignaba. Estos son los espacios históricos, las coloraciones temporales, las diferencias lingüísticas que están siendo delimitadas por Bello y por los estudiosos de la época en que vive. Es- tas precisiones son necesarias para lo que vaya a hacerse de América, son las conciencias imprescindibles que le permiten también descreer de que la historia tenga un sentido manifiesto, una épica inalterable. En ese mismo sentido, los Cuadernos de Londres , tal cual ha mos- trado Iván Jaksic, son en gran parte el estudio de la fijación medieval del castellano, la búsqueda de su fuente de autonomía. Es un estudio difícil, porque se trata de terrenos muy vírgenes. Existen caminos ya transitados, pero otros que deben todavía ser trazados. Bello busca un equilibrio entre el aspecto tradicional de la lengua y el innovador: Echando una rápida ojeada sobre la lengua castellana del siglo XIII, veremos que no estaba tan en mantillas, tan descoyuntada, 192 Cuadernos de Londres , cuaderno III, en Bello ( 2017 , p. 178 ).
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