Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
27 podría ser el emblema de Bello. Bello fue un personaje más coherente que la media, puesto por las circunstancias en escenarios de contra- dicción. Desde sus primeros escritos a los últimos, en sus tratados, poemas, artículos y cartas, predomina un mismo ánimo, un enfoque similar, que se va enriqueciendo de experiencias y lecturas pero que no cambia en lo medular. Su escritura es siempre reconocible: desde su historia político-económica de Venezuela hasta las últimas cartas enviadas en su vejez, hay en Bello un mismo espíritu, un viejo espíritu reencarnado una y otra vez, con pertinacia alfabética. mitología de sexta categoría Aún vivo, Bello comienza a transformarse en un venerable antepasado, espiritual y carnal, del cual no se predican sino virtudes, anécdotas fa- miliares y muchas veces nacionales. Más viejo y luego muerto, los estu- diantes de las facultades de Derecho de las universidades de Chile y Ca- tólica estudian su Código Civil de memoria, algunos leen los Principios de Derecho Internacional . Su Gramática , que fue tan decisiva como esos Principios, y de la cual llegaron a imprimirse más de ochenta ediciones, en cambio, pasa a ocupar espacio entre manuales de buenas costum- bres, aunque sí muchas veces se la estudió en los liceos. Sus Principios de la ortología y métrica constituyen un enigma —los hermanos Amu- nátegui, discípulos y primeros recopiladores de sus obras completas, sostenían en 1861 que “tan oportuna instruccion ha difundido en el país”—, 17 18 su Cosmografía apenas se menciona o se cita. En cuanto a sus poesías —que eran memorizadas por muchos americanos— serán poco a poco olvidadas y, cuando sean conocidas, desdeñadas, o, peor, se perpetúa, no por la dureza del material [a diferencia de la egipcia], sino a la manera de especies animadas, por la fecundidad de la reproducción, cada lustro, cada año vería multiplicar las ediciones de los libros elementales y populares, correspondiendo en ellos a los adelantamientos de los otros ramos de literatura los de la primera y más esencial de las artes”. “Bosquejo del origen y progresos del arte de escribir”, en Bello (Vol. XXIII, p. 92 ). 17 Sarmiento en Gregorio Víctor y Miguel Luis Amunátegui ( 1861 , p. 202 ). 18 N. del E.: En general, y contra la uniformidad completa del libro, se han mante- nido las citas en su versión original. Al mismo tiempo, se han acortado algunos títulos y eliminado algunas referencias con el solo fin de no repetirlas.
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