Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
269 Como hacía recordar Sarmiento en 1843 , cuando Bello comenzaba a redactar su Gramática , el latín se consideraba “una condición inhe- rente a la naturaleza humana”, 155 mientras el castellano estaba “para pedir agua”. Por esa razón, el hecho de que el español haya llegado a ser en América hispánica el uso general y constante marca el compro- miso que Bello adquiere con él. 156 Podemos fijarnos, en ese sentido, en la forma en que Bello dedicaba su Gramática : No tengo la pretensión de escribir para los castellanos. Mis leccio- nes se dirigen a mis hermanos, los habitantes de Hispano-América. Juzgo importante la conservación de la lengua de nuestros padres en su posible pureza, como un medio providencial de comunica- ción y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes, pero no es un puris- mo supersticioso lo que me atrevo a recomendarles. 157 155 Sarmiento ( 1843 , p. 5 ). 156 La independencia de la lengua castellana respecto del latín no hacía a Bello des- deñar el estudio del mismo. Ya en mayo de 1834 José Miguel Infante publicaba un artículo en El Valdiviano Federal en que hacía ver la inutilidad del estudio del latín. Bello le responderá en El Araucano . Un comentario que se transmitió oral- mente en Chile señala que Francisco Bello Boyland ( 1817 - 1845 ), el latinista de sus hijos, fue el predilecto del padre, información que confirma la voz autorizada de Luis Bocaz ( 2000 , p. 224 ). 157 Prólogo de Bello a su Gramática, en Bello (Vol. IV, p. 11 ). La preocupación de Bello por la comunicación entre las repúblicas no es solamente un asunto que para él se resuelve en el plano de la gramática. La fluidez gramática también debe acontecer en los canales postales. En El Progreso (números 205 y 207 ) se queja de la irregularidad de la marcha de los correos, de la informalidad de los encar- gados de las estafetas de los pueblos interiores, de la arbitrariedad de los que tan indignamente violan las carátulas de los paquetes de periódicos y de la indolencia del gobierno que lo consiente, pues pudiendo [dice] no pone remedio, y deja se cometan estos abusos con notable perjuicio de los intereses sociales. “La reali- dad de la administración”, en Bello (Vol. XVI, p. 187 ). En una carta que envía a Caracas, a José María Rojas, desde Santiago, el 29 de abril de 1853 , escribe: “¡Qué dificultad de comunicaciones entre Chile y Venezuela! Estoy decidido a que nos entendamos por cualquier vía que le parezca a V. segura, aunque algo tardía. Mi corresponsal de Panamá está para venirse a Chile, según me dicen. ¿Sería dema- siado largo a escribir a V. por Lima y Bogotá, es decir, por el correo? El Sr. Ancízar está encargado de negociar una convención postal con este gobierno. Veremos las facilidades que ella proporciona”. Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, p. 265 ). El fin de esta carta era, por lo demás, hacer notar a Rojas todas las erratas que había en la edición de la Gramática cuya segunda edición se estaba fraguando. En otra carta a su hermano Carlos Bello López, fechada en Santiago, 14 de diciembre de 1853 , le hace saber su preocupación por la falta de noticias en relación al dinero que envía; dice: “ Mi querido Carlos: Hace meses que no recibo noticias de mi familia de Caracas, y no tenía motivo especial para desearlas; porque, como te
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