Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
266 demasiado el habla que entonces encontró. Sin embargo, quiere ins- peccionarla, estudiar la lengua más allá de la necesidad práctica, y es que para Bello ese sí es un papel de la gramática, el de reflexionar so- bre aquella hasta el extremo de volver sus conclusiones inútiles para los propósitos prácticos. 147 Se trata de una lógica especial extraída al “uso” de cada lengua particular. Según él —y pese a lo que se ha di- cho—, las lenguas “se deben enteramente al uso popular, verdadero y único artífice de la lengua”. 148 A los sabios, ante aquel fenómeno in- menso, preciso, de formas “sutiles y fugitivas”, solo les cabe descubrir la tenue estructura legal (“un sistema de leyes generales que obran con absoluta uniformidad”) 149 y metafísica, explicitándola para que no solo haya belleza, sino que conciencia de ella. Antes de proseguir, debemos detenernos en lo que hoy sabemos sobre la formación del español de América, sus épocas, la conforma- ción del mismo, su singularidad. Después de Bello muchos gramáticos y lingüistas españoles y americanos, varios de ellos chilenos, mantu- vieron vivo el programa de Bello, extendiéndolo hacia otras esferas. 147 Ver nota XI de Gramática , en Bello (Vol. IV, p. 378 ). 148 Rosenblat ( 2002 , p. 351 ). 149 Ibidem .
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