Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

247 Esta reflexión es también “un punto sobre la i” del carácter no excep- cional de ninguna nación hispanoamericana. El orden imperial bellista requiere de tal concepción históricamente integrada. Con fuerza, Bello predica contra todo eso que se llamará “excepcionalidad chilena”. imperio y américa Hay que hacer notar, además, que en ninguna de estas vindicaciones de la conjunción americana Bello levanta a Bolívar. Pareciera que este fuese un proyecto paralelo, eminentemente —diríamos hoy— no bo- livariano, si bien comparte con él evidentes rasgos de familia y, más aún, de amistad, pese a las dificultades con Bolívar. Edwards Bello lo intuye claramente. Algo le hace pensar que el pro- grama de Bello no llega a cuajarse: Bello ha conseguido realizarse a sí mismo en su concepto america- nista continental. No concibe los nacionalismos ni los patriotismos locales, o pequeños. De frente en medio de obstáculos increíbles avanza siempre, y poco falta para que logre la finalidad de todo creador: dar vida a su programa. 103 En efecto, el río subterráneo que hay en Bello es americano. La na- ción chilena tiene mucho de posición estratégica. Para esto hay que entender meridianamente que todo este orden imperial es sin España. “Bello —dice Alfonso López Martín— era separatista de España, pero estaba consciente de los valores de la Hispanidad”. 104 España solamente podría arruinar esta empresa o, mejor dicho, este ideal bellista, que está en el pasado y en el futuro americano. Es- paña —en tanto fuerza política— es para Bello una influencia negati- va. España disfrutaba de todas las inclemencias que sufrían las nuevas repúblicas. Lo piensa muy tempranamente y tal vez —por lo visto— fue moderando ese juicio. Lo vemos en su “Canción (a la disolución 103 Edwards Bello ( 1965 , p. 65 ). 104 López Martín ( 1982 , p. 52 ).

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