Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

243 trae consigo la historia europea, no uno que la deja a salvo en el Viejo Continente; no es un imperio que se vaya de viaje turístico, de safari o de misiones. Ya finalizado el Imperio Español, allá por 1844 , Bello se refería, en un tono nostálgico bastante explícito, a la administración española, a la que llamaba “imperial” y “romana”: Hasta en las cosas materiales presenta algo de imperial y de ro- mano la administración colonial de España. Al gobierno español debe todavía la América todo lo que tiene de grande y de esplén- dido en sus edificios públicos. Confesémoslo con vergüenza, ape- nas hemos podido conservar los que se erigieron bajo los virreyes y capitanes generales y téngase presente que para su construcción se erogaron con liberalidad las rentas de la corona y no se impu- sieron los pechos y trabajos forzados con que Roma agobiaba a sus provincias. 90 Y, en otra parte, seis años después, vuelve sobre estas imágenes nostálgicas: Nosotros alcanzamos a ver ese vasto edificio [el Imperio Español] todavía en pie, todavía, al parecer, bien asentado sobre sus cimien- tos. Vimos desde adentro su construcción artificiosa, en que lucha- ban sordamente fuerzas antagonistas, a veces en abierto choque. 91 Cuidándose de mencionar al “rey”—por eso la alusión explícita a los “virreyes y capitanes”—, estas reflexiones recuerdan a la meditación ilustrada del conde de Volney en el segundo capítulo de Las ruinas de Palmira , cuando, ante el panorama de los monumentos arruinados por las varias revoluciones, exclama: “Aquí, me dije, aquí se alzó en otro 90 “Investigaciones sobre la influencia de la conquista y del sistema colonial de los españoles en Chile”, en Bello (Vol. XXIII). Publicado en El Araucano , Santiago, 8 y 15 de noviembre de 1844 . 91 “Memoria histórico-crítica del Derecho Público Chileno”, en Bello (Vol. XXIII, pp. 328 - 9 ). Apareció en Revista de Santiago , en 1850 . Reproducido en El Araucano el 23 de mayo de 1850 .