Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
24 Neruda estaba pensando en esa gran poesía de tintes épicos, virgi- liana en cierto sentido, dantesca en otro, un tanto bíblica, que marcó los comienzos literarios de Bello y de la América independiente. Una poesía de grandes espacios luminosos y tormentosos, de exuberancia y agricultura, de frutales y divinidades, considerada por el informa- dísimo Menéndez y Pelayo —todavía en el siglo XIX— “la obra más importante que en su género posee la literatura americana”, 8 con el agregado que llegará a ser poeta continental: “La ‘Oración por todos’ [escribe el entusiasta bisnieto Joaquín Edwards Bello] 9 la recitan pia- dosamente millones de almas desde los lejanos y misteriosos montes de Tampico hasta las enmarañadas selvas de Tierra del Fuego”. 10 Emi- lio Carilla lo considera al lado de los olvidados Heredia y Olmedo, la trinidad de la poesía hispanoamericana decimonónica. vivido –, leía el Che Guevara con cierta exclusividad. “Me halagó lo que me dijo de mi libro Canto General . Acostumbraba leerlo por la noche a sus guerrilleros, en la Sierra Maestra. Ahora, ya pasados los años, me estremezco al pensar que mis versos también le acompañaron en su muerte. Por Régis Debray supe que en las montañas de Bolivia guardó hasta el último momento en su mochila solo dos libros: un texto de aritmética y mi Canto General ”. Neruda ( 2005 , p. 436 ). Que, en la cosmovisión de Neruda, Andrés Bello haya sido el primer escritor de su Canto General y el Che, un lector preferido, hasta el estremecimiento, es todo un tema de investigación, que no he abordado aquí explícitamente. 8 Menéndez y Pelayo citado por Durán Luzio ( 1999 , p. 13 ). 9 El destacadísimo novelista y cronista Joaquín Edwards Bello ( 1887 - 1968 ) era hijo de Joaquín Edwards Garriga y de Ana Luisa Bello Rozas, nieta de Andrés Bello por haber sido hija de Emilio Bello Dunn ( 1845 - 1875 ) y María Luisa Rozas Pinto (ver Vargas Bello 1982 , p. 80 ); era, por lo tanto, primo hermano de otro Edwards, que de Bello no tenía sangre, considerado en el siglo XX enemigo de su propio grupo social, Ismael Edwards Matte ( 1891 - 1954 ), factótum del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda, e hijo de Guillermo Edwards Garriga. 10 Edwards Bello ( 1965 , p. 175 ). Las anécdotas que hablan de la pasión por el Bello poeta están siempre rodeadas de un halo de misterio. Otras son descripciones cuyas fuentes conocemos mejor. Por ejemplo, lo acontecido en uno de sus viajes a Carlos Bello Boyland, hijo de Bello. Desde Londres, a 15 de agosto de 1846 , Car- los escribe a su padre las siguientes líneas, que dan cuenta de la admiración que había por el poeta Andrés Bello: “A los pocos días de haber llegado me saludaron los periódicos como hijo de V. y no tardaron los jóvenes de Caracas en visitarme. Diéronme después un banquete en que leyeron algunas estrofas de la Silva, que todos saben de memoria. Hubo una mesa espléndida, adornada con símbolos de tierra y versos de V. Recitáronse tres composiciones poéticas en honor de V. por dos jóvenes Camachos y un Lozano. Dieron cien brindis con el mismo objeto. De contestar la prosa me encargué yo en el acto, a V. le cabe el verso que con este objeto le remitiré en otra oportunidad”. Epistolario II, en Bello (Vol. XXVI, pp. 135 - 6 ). Esta misma carta informa sobre la existencia de un excéntrico, fanáti- co bellista, llamado González, “el literato monstruo”, que coleccionaba todas las huellas de Bello y memorizaba todo cuando aparecía de su ídolo.
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