Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
236 Es preciso, sin embargo, hacer aquí un paréntesis. Las polémicas en torno a la simpatía de Bello por España cruzaron buena parte de su vida. Hemos revisado su teatro juvenil que saludaba al rey Carlos IV. Ya en Londres, y después de recibir las noticias desde Caracas, Luis López Méndez (que había viajado a Londres en compañía de Bello y Bolívar, y luego, caído en insolvencia) escribe a Bello: “La pintura que me hace de Caracas es sumamente horrorosa, la idea que ha dejado en mi espíritu me hace estremecer incesantemente. Aquel país des- apareció ya, i solo le habitan hombres convertidos en fieras”. 73 Eran, precisamente, el tipo de historietas que corrían, en gran parte hechas circular por España y también por testimonios verosímiles, sobre el proceso de emancipación americano. No sorprende, entonces, que Bello les haya prestado oídos y contribuido también a su circulación. Además, contra Bello se publicitaron una serie de informaciones que lo colocaban como traidor de las independencias y leal a España. En medio de la pobreza, de la insolvencia que lo llevaba a la cárcel, explica Amunátegui —quien al momento de redactar la biografía de Bello (estando ya aquel difunto), con toda la gloria de sus tareas en Chile—, se ve en la necesidad de explicar: Si hubiera sido fundada la calumnia realista de haber denuncia- do Bello la conspiración del 2 de abril de 1810 , era natural que, en aquella angustiosa situación de su vida, hubiera representado al gobierno de la Metrópoli el mencionado servicio, e implorado su protección, la cual aquel gobierno le habría concedido, como lo hizo con otros de los americanos que defendieron el réjimen colo- nial. En lugar de recurrir al de España, Bello acudió al gobierno de Nueva Granada. 74 Amunátegui hizo una delicada defensa del nombre de Andrés Bello. Su tesis era que Bello había sido “matriculado” en los listados de cons- piradores antimonárquicos de Caracas, particularmente entre aque- llos partícipes del 19 del mismo mes. Quien lo habría matriculado fue 73 Sambrano Urdaneta ( 1986 , p. 21 ). 74 Amunátegui ( 1882 , p. 132 ).
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