Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
231 habló de “este imperio occidental de estas Indias”. 63 A los descendien- tes de Felipe II se los llamó muchas veces “emperador de las Indias” o “emperador de América”, pero nunca oficialmente, “porque la cris- tiandad había conocido tradicionalmente solo un emperador, el titu- lar del Sacro Imperio Romano”. 64 Los Habsburgo nunca adhirieron a esta designación. Felipe II no será emperador sino su tío Fernando. Puede, entonces, sugerirse que la ocurrencia de América como imperio occidental (como extensión de imperio hecho ya oriental por efecto del Nuevo Mundo) es una idea pensada desde la misma América, por la experiencia fundamental que vive Cortés, y no es, en cambio, una imposición de la cosmovisión europea tradicional de entonces operada por sus detentadores. Antes bien, esta designación escandalosa que hace Cortés es un rompimiento y a la vez una expan- sión de la cosmovisión medieval. La idea de un “imperio occidental”, una expansión de la imperialidad, o bien la posibilidad de un impe- rio alternativo al medieval Sacro Imperio Romano, es entonces una primera y temprana muestra de emancipación, de destrucción de las arraigadas categorías europeas. Un imperio alternativo está más cerca de la independencia que una mera posesión colonial. Es tan así la visión cosmológica del viaje del espíritu del imperio de Oriente a Occidente, que Andrés Bello, como recuerda el erudito Frank Pierce, “no vaciló” en llamar a La Araucana de Alonso de Ercilla “la Eneida chilena”, con lo que, extrañamente, ese viaje inmemorial, que va de Troya a Roma, y de España a América, en América va a dar a Chile, a una especie de ajuste final, en el que dice Bello: “El senti- miento dominante de La Araucana es de una especie más noble (que la de Virgilio)” e incluso se pregunta, a favor de Ercilla: “¿Era más dig- no del poeta lisonjear a su patria, que darle una lección de moral?”. 65 Aquella lección de moral la ofrece Ercilla. Aparece así, ya en los pri- meros momentos, un resplandor primerizo del imperio de la ley por sobre el imperio histórico. La vieja fuerza de la ficción jurídica del 63 Elliott ( 2006 , pp. 192 y 639 ). 64 Ibid. , p. 192 . 65 Pierce ( 1968 , p. 149 ).
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