Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

229 la contabilidad métrica, como explicaba Bello. Puesto que todas estas palabras griegas habían pasado por la acogida del latín, la idea fue que las acentuaciones latinas de las palabras griegas debían ser preferidas a las acentuaciones originales. De tal manera, Bello prefería el tránsito latino al origen griego y, al momento de las definiciones prosódicas, el acento preferido era Roma, no Grecia. Sin embargo, el problema no quedaba ahí. El español, como lengua salida del latín, significaba un nuevo problema prosódico. Si la pa- labra en latín localizaba su acento en una sílaba distinta a la palabra española que descendía de aquella latina, ¿cuál debía preferirse? Pues la española, porque debía preferirse la usanza, no el origen. 58 Debía preferirse Roma a Grecia y España a Roma. En ese curso, el punto será cómo preferir América a España. 59 El origen, en realidad, era un problema irremontable. El acento único del imperio viaja siempre hacia Occidente. Como Dante, Bello creía que no tenía sentido volver atrás. 60 América era la que debía de consolidar un antiguo viaje. Esa era la manera de enaltecer los oríge- nes, y no regresar a ellos de manera inauténtica. ¿ cómo comienza un imperio ? La idea según la cual Carlos V, emperador del Sacro Imperio, pudiera ser también “emperador de las Indias” fue una ocurrencia peregrina 58 Sobre la prosodia, Bello además establece reglas de recepción entre lenguas vivas. 59 Aclara Caro que hubo distintos momentos en la manera de recepción de la acen- tuación griega en Roma. Antes de Cicerón “mudaban el lugar del acento”, entre Cicerón y Augusto “vaciló la acentuación de las voces griegas latinizadas”, des- pués de Augusto se “modificaba la cuantidad de sílabas y se respetaba el lugar original del acento” y en el Renacimiento, “se reestableció el antiguo sistema clá- sico” y así, dice Caro, pasó a los misales de la iglesia Católica. Cuando no había du- das, Bello y Caro estaban por el uso “constante y general”. En los casos no claros, las reglas eran dos: en las latinas conservar el acento original, y en las griegas, se proponía pronunciarlas según las analogías latinas. Por lo tanto, ante la duda, el acento fuerte era el latino, pero esa era la excepción a la regla invariable del uso. Ver Principios de la ortología y métrica (Apéndices: 2 . Acento etimológico), en Bello (Vol. VI, p. 252 ). 60 Dante se opuso a la teoría medieval de la “trasmisión”, es decir, aquella según la cual, al caer el Imperio Romano de Occidente bajo la invasión bárbara, el poder imperial había emigrado a Constantinopla para reunirse allí con su par oriental, como si Roma pudiese regresar a Troya.

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