Andrés Bello: libertad, imperio, estilo

185 descripción espectacular de lo que Bello llama “Efectos provocados por una tromba o manga de aire” en la región sureña francesa de Car- casona. El texto, sin ser poesía, responde a la definición de “prosa medida”. Sin el aura severa de la poesía, Bello se desenvuelve como un prosista muy libre: El 26 de agosto de 1826 , el viento estaba al sur, y el calor de la mañana sofocaba. A eso del mediodía, se acumularon nublados al oeste; hízose luego sentir un viento impetuoso, mensajero de tempestad; y una densa y negra nube parecía como colgada so- bre el pedazo de tierra llamado Champ-Rouge , a 100 toesas de la quinta de Laconette, al norte de Carcasona. Los nublados de O. chocaban violentamente uno contra otro, y se veían bajar a poca distancia de la tierra, como atraídos por ella. El trueno bramaba en todas direcciones: percibíase un rumor sordo como de coches a distancia; y los animales domésticos huían despavoridos a sus habitaciones. Óyese de improviso un estallido espantoso hacia O.; el aire vivamente agitado corre con suma celeridad hacia la nube opaca que cubría a Champ-Rouge ; y en el momento de unirse a ella, se verifica una fuerte detonación y la aparición de una enor- me columna de fuego, que rasando el campo arranca de raíz cuan- to encuentra. Un joven que se hallaba al paso, fue envuelto en el torbellino de este meteoro, levantado en el aire, y arrojado contra una peña; catorce carneros fueron arrebatados del mismo modo y cayeron en un estado de sofocación. La columna de aire y fuego se dirige a la quinta, derriba las paredes del parque por el lado de O., mueve rocas enormes, desarraiga los árboles más corpulentos, so- levanta los postes de la puerta cochera, la rompe, le tuerce todos los pernos, destroza una ventana; penetra al salón, atraviesa el cielo raso, álzase del segundo piso al techo, y hace hundirse estos tres aposentos con un fracaso horroroso. 249 249 Y continúa: “Dos damas que estaban en el salón vieron introducirse un globo de fuego, y en medio de tantos estragos debieron su salud a una viga enorme, que cayendo al través, hizo bóveda, y sostuvo todo el enmaderamiento; mas quedaron enterradas en la argamasa y escombros menudos de los aposentos superiores, y cubiertas de contusiones. Al mismo tiempo penetra una manga de aire por una ventana situada sobre la cocina, echa al suelo un tabique, hace pedazos los muebles,

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