Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
172 Ella desea “correr exenta y vaga” y en su libertad es “un águila altane- ra”. Pero Dios escucha sus pensamientos sin freno y decide devolverla al suelo: Escuchó Jove el temerario voto. Viene bufando el Noto. La cuerda silba, estalla. ¡Adiós Cometa! La sin ventura da una voltereta; cabecea ya a un lado, ya al otro; al fin trabuca, y mal su grado, entre las risotadas y clamores de los espectadores, que celebran su mísero destino, fue de cabeza a dar en un espino. Eres vivo retrato de esta pandorga, tú, pueblo insensato, que llamas a la ley servil cadena; y en licenciosa libertad venturas y glorias te figuras. Eso mismo te ensalza, que te enfrena. 217 En su Juicio crítico , los hermanos Amunátegui dedicaron duras pala- bras a este poema: El sentido moral que el autor ha dado a su ficción, da marjen a un pequeño reparo. Convenimos en que la sociedad que no estuviera rejida por leyes, o que lo estuviera por leyes demasiado flojas, se vería condenada a la mas espantosa anarquía; pero no nos gustaría que los gobiernos, tomando a la letra la ficción de la Cometa, trata- ran a los ciudadanos, esto es, a seres racionales i dueños de sus ac- ciones como a pandorgas, i quisieran manejarlos con un hilo, cual los muchachos a sus volantines […] Sería deseable que en el libro de que formara parte la Cometa a la vuelta de la hoja, hubiera otra 217 “La cometa”, vv. 51 - 66 , ibid ., pp. 253 - 5 .
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