Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
162 En la sección anterior mencioné algunos aspectos centrales de la trama de El mercader de Venecia, a fin de realzar la auctoritas del jurista. Pero, en el genio de Shakespeare, la fábula de esta comedia es más importante por lo que logra ese jurista, la Porcia disfrazada de tal. Lo que hace Porcia, travestida de auctoritas, es arribar a una solución jurídicamente ingeniosa. Esta solución no estaba previs- ta en las mentes de Shylock, Bassanio y Antonio. Esta solución no procedía a simple vista de la letra del contrato en que se acordó una cláusula penal escabrosa. Los personajes de la comedia señalan en Shylock a un usurero repulsivo, que quiere aprovechar la correcta aplicación del contrato para vengarse, mas ante esta situación, que esos personajes creen injusta, no tienen armas suficientes (si, en cambio, hubiese aparecido la Antígona de Sófocles disfrazada de ju- rista, de seguro habría impetrado el objeto ilícito de dicha cláusula, la hubiese desechado por contranatura, y esta comedia no tendría la chispa que ha tenido por tantos siglos). Lo que Shakespeare hace, a través de Porcia, es ir más allá de las posiciones inmediatas en el conflicto. Bello y Shakespeare, 194 como dramaturgos, expanden la mente, dilatando las posibilidades de la ló- gica. En efecto, la Memoria de prueba sobre la disolución de los ma- yorazgos escrita por Manuel Bilbao, era enteramente lógica, muestra una brillante exposición del razonamiento jurídico absolutamente desconectado de la realidad que vivía Chile. Tal como la Porcia de Shakespeare, Bello no se aparta de la letra. En ambos casos triunfa el ingenio de la gramática, una gramática que sabe que su texto , sin embargo, no solamente es el de la letra escrita en las dos constitucio- nes —la del 28 y la del 33 —; sabe, además, que ese texto remite a la sociedad chilena misma con sus prejuicios, sus temores, sus contra- dicciones y, muy principalmente, con su sentido estricto y a la vez estrecho de qué es un texto, una norma. En ello el espíritu dramatúrgico es la clave: es una complexio oppo- sitorum de personajes. Bajo este espíritu, el teatro del mundo nunca queda a merced de la imposición poética romántica, con su lirismo 194 Bello tenía The Dramatic Works J. Walker y J. Richardson ( 1821 ) y la edición de tres volúmenes de Works ( 1844 ). Ver Velleman ( 1995 , p. 260 ).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=