Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
133 eran quienes rivalizaron por el sillón rectoral de la Universidad de Chile, Andrés Bello y el canónigo Juan Francisco Meneses. 143 Hubo 143 Expliquemos brevemente quién era Meneses. Una de las últimas acciones que realizó el canónigo Meneses, como rector de la agónica Real Universidad de San Felipe, fue otorgar el grado de bachiller en leyes a Andrés Bello, quien ocupó su cargo en la nueva universidad. El documento que otorga el bachillerato dice: “En la ciudad de Santiago de Chile, a 17 dias del mes de noviembre de 1836 años, estando en el jeneral de la universidad do San Felipe su rector el señor doctor don Juan Francisco Meneses, canónigo doctoral de la santa iglesia catedral de Santiago, provisor i vicario jeneral del obispíido, se presentó ante Su Señoría, don Andres Bello, a quien dicho señor rector confirió el grado de bachiller en las facultades do sagrados cánones i leyes en virtud de haber acreditado sus estudios i conocimientos en dichas facultades, habiendo hecho previamente el graduado la protestación de fe, i prestando de juramento de fidelidad al gobierno de la re- pública, obediencia a los rectores en las cosas licitas i honestas pertenecientes a la universidad, i de defender la concepción inmaculada de María Santísima, Señora Nuestra. Después de lo cual, se le dio posesión de su grado, i mandó el señor rec- tor que, asentándose esta dilijencia, se le dé al interesado copia certificada de ella para que le sirva de suficiente título”. Citado en Miguel Luis Amunátegui ( 1962 , pp. 452 - 3 ). La existencia de Meneses había sido accidentada. Su familia contaba con una hacienda en Los Andes, la de San Vicente Ferrer, al otro lado de la cuesta de Chacabuco. En esta hacienda había sido recibido, en 1824 , quien después sería el papa Pío IX (en 1848 Domingo Faustino Sarmiento publicaría su traducción de Viaje a Chile del canónigo don Juan María Mastai-Ferreti o Sumo Pontífice Pío, Papa IX , Toribio Medina ( 2007 , p. 29 ). Antes, durante la Reconquista, Meneses se había puesto al servicio de los gobernadores, delatando a muchos patriotas, según las malas lenguas. Exiliado en Lima debió vivir de la limosna, y abrazó la vida religiosa una vez hubo fallecido su mujer, la que permaneció en Chile. Soli- citó a O’Higgins su regreso a Chile y se le concedió. Una vez en Chile, dirigió el Colegio de Chile hasta que pasó al rectorado de la Universidad de San Felipe. José Joaquín de Mora hizo lo posible por desprestigiarlo, desenterrando, por ejemplo, un poema donde quedaba de manifiesto que Meneses “además de ser ultramonár- quico, era pésimo poeta”. Ver Salvat Monguillot ( 2000 , p. 61 ). En la pintura que lo retrata, más pareciera que Meneses hubiese sido un personaje del siglo XVIII que del XIX. Sobre Meneses, escribe Ricardo Donoso este párrafo memorable: “Meneses actuaba en la política chilena a mediados del siglo pasado como una encarnación palpitante de las ideas del siglo XVIII. Su probada lealtad al régimen colonial le había concitado la enemistad de los patriotas, y después del triunfo de las armas de la patria se vio obligado a fugarse al Perú, de donde pudo regresar gracias a un permiso que le concedió don Bernardo O’Higgins. Pero, como escri- be Vicuña Mackenna, al regresar a Chile llegó revestido con una coraza contra la cual nada pueden la opinión ni las leyes civiles: los hábitos talares. Desde el advenimiento del régimen pelucón fue uno de sus sostenedores más decididos, y por la orientación de sus ideas y su espíritu combativo puede considerársele, junto con Egaña, el hombre más reaccionario del partido que triunfó en Lircay”. Donoso ( 1946 , p. 149 ). En lo que respecta a su huésped Pío IX, Bello le tendría mucha simpatía. Después del fallecimiento del papa Gregorio XVI, y la subida de Pío IX, la mano de Bello, tras el mensaje presidencial de Bulnes, explica que se han remitido las credenciales al enviado a la “corte romana”, con la esperanza de que el nuevo pontífice constituya “un buen agüero para nuestra República, por los antecedentes de este ilustre prelado, huésped de Chile en 1824 ”. “Discurso del Presidente de la República a las Cámaras legislativas en la apertura del Congreso Nacional de 1847 ”, En Bello (Vol. XIX, pp. 182 - 3 ); mientras que al año siguiente, celebraba la bula de Pío IX que había instituido al electo arzobispo de Santiago y se tenía esperanzas en que hiciera lo mismo con el nuevo obispo de Ancud, como se ve en “Discurso del Presidente de la República a las Cámaras legislativas
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