Andrés Bello: libertad, imperio, estilo
120 La auctoritas ha sido vista como el carisma que invita a la obedien- cia, ese carisma —palabra teñida de Max Weber— que gobierna sin institución fija. El historiador de Roma Theodor Mommsen ilustró la auctoritas del siguiente modo: El acto de la voluntad de la comunidad, expuesto a errores y falsos movimientos, como los del niño pequeño, necesita el incremen- to y la confirmación por parte del consejo de los ancianos [...] En este sentido auctoritas es un más que un consejo y menos que una orden, un consejo a la moderación del cual no es conveniente sus- traerse, como el que el profesional imparte al profano, el líder par- lamentario a sus seguidores. 132 La potestas , en tanto, genera la orden misma y es la pertenencia pro- pia del Estado. La auctoritas puede ser la del jurista reverenciado. Después de Carl Schmitt y Giorgio Agamben sabemos que la pala- bra auctoritas está cargada de connotaciones fascistas. Esta acusación es ineludible y válida. El carisma es —en parte— la fuerza de Hitler. La potestas estatal es la de un estado liberal, deslavado del carisma propio de la auctoritas . Pensar en la auctoritas antes de la gran barba- rie del genocidio parece entonces una mala jugada. Sin embargo —y he aquí el otro punto—, gran parte de la historia de las disciplinas que Bello cultivó dicen relación con el desmantela- miento de la auctoritas . En una época en que el estado burocrático moderno no era en Chi- le una realidad, la legislación redactada por Bello se impone, en gran medida, gracias a su carisma poco carismático, a su manera de ha- cerse autoridad, que, por supuesto, está atenta al uso de su contexto. Las poesías que parecen ser recordadas, y no solo creadas, suenan más dulces. Bello no quería que las palabras jurídicas las impusiera el mero poder, quería que se impusieran además por su nitidez o, mejor dicho, su transparencia; tampoco quería que a las letras bellas las pro- mulgara una fuerza irracional, sentimental, quería que las impusiera una cierta utilidad, un bien general asible. 132 Theodor Mommsen citado en “Autoridad”. Ver Gallino ( 1995 ).
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