Rutas hidrológicas : recordando a un colega por los senderos de la hidrología

R UTAS H IDROLÓGICAS 133 P ROYECCIONES DE CAMBIO EN LOS TIPOS DE CLIMAS EN C HILE CONTINENTAL UTILIZANDO EL ÍNDICE DE ARIDEZ COMO REFERENCIA Tomás I. Gómez-Zavala 1 (1) Meteodata, Santiago, Chile Contacto autor principal : tomas@meteodata.cl R ESUMEN . Se propone realizar potenciales cambios en la hidrología a nivel nacional para un periodo futuro. Esto considerando el efecto del cambio climático en el territorio nacional, revisando como proxy las proyecciones de dos de las principales variables del ciclo hidrológico: precipitación y evapotranspiración potencial (ETP), a través del uso del índice de aridez (IA) como valor referencial. Para ello, se utilizará como base de información, el producto meteorológico CR2MET, que cuenta con información de precipitaciones y temperaturas extremas a una resolución temporal diaria en el periodo 1985-2015 y una resolución espacial aproximada de 5x5km, para todo el territorio nacional. Utilizando este producto como base, se realiza un escalamiento estadístico de las proyecciones realizadas por 34 modelos de circulación general de la atmósfera, para la precipitación y las temperaturas extremas, a escala temporal diaria para el periodo 2030- 2060. Utilizando la información de temperaturas extremas y de radiación incidente aproximada, se estima la evapotranspiración potencial, tanto en el periodo de línea base como futuro. Por medio del cálculo del índice de aridez (IA), se realiza una clasificación climática de todo el territorio nacional en seis categorías: hiperárido, árido, semi-árido, semi-húmedo, húmedo y frío. Utilizando dichas proyecciones, es posible revisar cambios espaciales en las categorías climáticas. Se estima que entre un 10% y un 13% del territorio nacional cambiará a una categoría más árida, al comparar el periodo de línea base, con el modelado 2030-2060. Se identifican tres zonas con mayor frecuencia de cambio de categoría climática hacia un sector más árido: (i) sectores cordilleranos altos, (ii) la parte norte de Patagonia y (iii) el valle central. Mientras que en los primeros dos sectores predomina la influencia del aumento de evapotranspiración potencial, en el caso del último el cambio de clima se asocia a un efecto conjunto de disminución de precipitación y aumento de ETP. I NTRODUCCIÓN Chile es un país que, dadas sus características geográficas, presenta condiciones climáticas muy diversas, variando desde climas híper-áridos, de precipitaciones casi nulas y alta oscilación térmica hasta climas extremadamente lluviosos y muy fríos, con una amplia gama de matices. A pesar de esta gran variedad de climas, un elemento siempre presente es la Cordillera de los Andes, la cual siempre juega un papel preponderante, al modular la variabilidad climática según la región geográfica. En la zona norte, el Altiplano se vuelve escenario de precipitaciones estivales (conocido como invierno “altiplánico” o “boliviano”), debido a la interacción de la cordillera con corrientes de humedad provenientes del Amazona, ascenso forzado por la topografía y la inestabilidad vespertina, desarrollando eventos de precipitación convectiva de alta intensidad. Por otro lado, en los sectores centro y sur del país, la presencia de la cordillera también genera un ascenso forzado sobre los sistemas frontales, generando así un efecto de intensificación de la precipitación. Por otro lado, la Coordillera funciona como un reservorio natural, al almacenar gran parte de estas precipitaciones en forma sólida, en el manto nival (Viale, 2011). En este contexto, el fenómeno de cambio climático, que se viene desarrollando desde hace más de un siglo, asociado a los cambios en la composición de la química atmosférica, ha comenzado ya a ejercer cambios en los patrones climatológicos de Chile. En general, el fenómeno de cambio climático se asocia con incrementos de temperatura a nivel global, mientras que los efectos que genera sobre las precipitaciones varían localmente. En general, existe un consenso entre los modelos de circulación general, los cuales indican una disminución de las precipitaciones en Chile (Pachauri, 2014). Adicionalmente, algunos estudios vinculan el fenómeno de cambio climático con la mega sequía de la década de 2010-2029, atribuyéndole un cuarto de la anomalía de precipitaciones a este fenómeno, siendo la parte restante producida por la variabilidad natural (Boisier et al, 2018, Garreaud et al, 2020). Estas alteraciones de variables meteorológicas impactan directamente sobre la hidrología de todas las cuencas a nivel nacional. El efecto más directo y estudiado corresponde a la relación entre disminución de precipitaciones y la consecuente disminución de escorrentía. Existen múltiples esfuerzos, de distintas magnitudes y complejidades, que han buscado cuantificar las proyecciones y consecuencias de estas alteraciones, tanto a nivel nacional (DGA, 2019a; DGA, 2019b) como a nivel de cuencas (CNE, 2020) Si bien los cambios en el ciclo hidrológico se relacionan en primera instancia con las disminuciones de las precipitaciones, en una segunda derivada del problema el aumento de las temperaturas afecta concretamente a otros flujos del ciclo del agua, como la evapotranspiración y la sublimación. Este es un aspecto que usualmente es considerado dentro de los estudios

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