Los primeros planes intercomunales Metropolitanos de Chile - Vol. III
27 Operations – Mission to Chile (“Punto IV”), y el arquitecto planificador Iván A LTEN de la División de Vivienda y planeamiento, USOM/Chile. Participaron, además, 73 profesionales chilenos del sector público y privado, incluyendo 43 arquitectos, 29 de ellos planificadores urbanos. El planeamiento regional, según la legislación de la época, caía dentro de la esfera de la Corporación de Fomento (C ORFO , creada desde 1936), pero no había sido posible obtener de ella pronunciamientos de carácter regional para orientar la labor que estaba realizando el Ministerio de Obras Públicas. La C ORFO era la entidad creada exclusivamente con fines de planificación, pero después de la Ley 14.171 de octubre de 1960, el poder de planificación y la obligación de hacer planes, tanto de construcción como de desarrollo económico, pasó al Ministerio de Economía. Este último manifestó su deseo organizar comités regionales y dar impulso a la planificación regional, o a programas y planes de desarrollo regional, y hacia septiembre de 1961, se aprobó un decreto firmado por casi todos los ministros del campo social (Ministros de Economía y de Obras Públicas), y el campo económico (Ministros de Hacienda, Agricultura, de Tierras, de Minería), para crear bajo la tuición del C OPERE los comités regionales. Se trataría de una planificación integrada en todos los niveles, incluyendo los conceptos de desarrollo social, económico y físico. En planificación nacional, se estimaban metas en los sectores económicos; en planificación regional la meta estaba en el mejor uso de los recursos (naturales –en primer lugar−, humanos, financieros, de capital social, y tecnológicos). Podría tratarse una región donde primara un criterio de homogeneidad –como en una cuenca hidrográfica−, o donde primara un criterio de interacción, como en una región con un centro metropolitano. Sin embargo, las acciones concretas para generar proyectos de planes regionales no progresaban. Se observaba, por otra parte, que el Departamento de Urbanismo en el M OP no pertenecía a la Dirección de Planeamiento, sino a la Dirección de Arquitectura, lo cual desvirtuaba su función; también que, a pesar del interés de las comunidades y de los servicios regionales en el planeamiento regional integral, el nivel central parecía ignorarlo. En cuanto a los planes comunales se observaba que las municipalidades, en su mayoría, no tenían una oficina permanente del plan encargada de actualizarlo y de llevarlo a la práctica, lo cual se pensaba debía considerar las opiniones de la comunidad local. En lo referido a la formación de especialistas, en su mayoría provenían de la arquitectura en la época, requiriéndose la participación de otras profesiones que se interesaran en el urbanismo. Tampoco había una formación y estudios interdisciplinarios en el seno de las universidades, ni una sociedad o agrupación de profesionales del planeamiento para el estudio, la discusión y la difusión del planeamiento en Chile. Se trató también en el Seminario de Planeamiento Físico de 1961, que en la organización del Ministerio de Obras Públicas de 1952-53 estaba la obligación de que este organismo creara unas Juntas Regionales [de planeamiento] a través de todo el país, pero ello tampoco se había llevado a efecto. Un párrafo citado por el participante, arquitecto René Urbina, con referencia al Plan Habitacional de fines de la década de 1950, señalaba al respecto:
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