Estéticas menores

I.VIDEODROME reorganización de los aparatos psíquicos de percepción no tiene que ver con miedo al cambio o temor a superar las dicotomías espacio-tiempo como coordenadas de percepción, sino con analizar la agenda necropolítica, heteropatriarcal y racista detrás de este cambio en la percepción, es decir, preguntarnos quiénes son responsables de este rediseño de la subjetividad y la forma en la que estas herramientas despolitizan y rompen posibles empatías que podría despertar solidaridades e insurgencias aliadas entre los devenires minoritarios por género, clase, raza. sexualidad y corpo-diversidad. ¿A quiénes beneficia esta forma de percibir y producir la realidad como un espectro, capaz de anestesiar socialmente a la población, para que la transmisión de las imágenes de mujeres siendo agredidas sexualmente (como en el caso de La Manada en España) o ultrajadas de manera feroz y abandonadas en descampados y basureros de México y Latinoamérica, no susciten revueltas tumultuosas entre todas las personas que entienden que matar y torturar a otrxs no es precisamente la forma más sostenible de vivir y ni de construir comunidades de afecto y solidaridad? Los usos de las imágenes de violencia extrema no son inocentes, ya sea de la guerra contra las mujeres en las que estamos inmerxs en México u otras guerras de clase. género, sexualidad, estatus migratorio o corpo– diversidad. por ello, vale recordar nuestra responsabilidad ante la distribución y consumo de dichas imágenes, pues como argumenta Antonio Monegal en torno a las imágenes de la guerra: El riesgo de degradación del registro y el discurso visual sobre las guerras tiene repercusiones muygraves para la política de hoy la de mañana. para la toma de conciencia de los ciudadanos acerca de lo que les rodea y para la formación de la memoria que influirá en la conciencia futura. Por este motivo, es urgente recuperar la preocupación ética por la forma de produccióny el uso 84 de las imágenes. Es una preocupación que concierne

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