Estéticas menores

MICROPOLÍTICAS DE LA... Fabián Gímenez Gatto también, desnudos escultóricos a los que, literalmente, no les hace falta nada. Como el título de la serie lo indica, mármoles completos. Un nuevo marco, corregido y aumentado, en la representación de las corporalidades; nuevas visibilidades insertas, lúdicamente, en la tradición de la estatuaria grecorromana. Desnudeces indómitas que se erigen, orgullosamente amputadas y en los límites de la impostura, como la encarnación definitiva de la belleza. Me gustaría finalizar este recorrido trayendo a colación los desnudos parciales de modelos transgénero realizados por la fotógrafa Bettina Rheims, en su serie Gender Studies (2014). Empecemos señalando lo obvio: estas corporalidades rompen, desde el espacio perlormativo de la imagen, con la anatomía como destino. En la mirada de Rheims, la androginia y lo transgénero funcionan como los operadores de una desnudez en retirada, suspendiendo. en el marco de la imagen, el binarismo sexo-genérico presente - como condición de desnudabilidad y mecanismo de sobrecodificación del cuerpo- en la tradición del desnudo clásico. En cambio, estos desnudamientos problematizan -desde sus gradientes fotogénicos- una lectura generizada de los cuerpos, un dispositivo de sentido que funciona, a manera de inconsciente óptico, en buena parte de nuestros regímenes escópicos. Así, estas desnudeces indómitas evocan, desde su devenir molecular en la emulsión fotográfica, la ilegibilidad de los signos del sexo, la opacidad de los cuerpos, la indeterminabilidad como principio de placer estético. Operaciones semiúrgicas donde la desnudez se reescribe, a partir de lo fotográfico como tecnología de género, gracias a un borramiento sutil de sus signos más enfáticos, a través de un velamiento de sus coordenadas de sentido. Estoy tentado a creer -a manera de coda- en una complicidad que atraviesa, obtusamente, esta multiplicidad de estrategias escópicas dinamizadas 65 por una legión de desnudeces indómitas. Quizás, a la