Estéticas menores

I.VIDEODROME 3. Me gustaría abordar, finalmente, otras figuraciones corporales, líneas de visibilidad que iluminan otros desnudamientos, ya no el de los cuerpos disciplinados, perfectos e idealizados, propios de los cánones de belleza que regulan -a manera de significante despótico– nuestro reducido imaginario somatopolítico. Esto con el fin de explorar lo que podríamos llamar micropolíticas de la desnudez, es decir, ciertas modulaciones de la desnudez que, en el registro del arte contemporáneo, problematizan -desde las potencias alegres y salvajes de lo queer, lo creep y lo freak- la domesticación del placer visual presente en las disciplinadas coordenadas epidérmicas del desnudo artístico. Estas nuevas gramáticas corpóreas sugieren el pasaje de una desnudez molar -operando a partir de líneas de segmentariedad dura ancladas en un limitado repertorio de encuadres, posturas y modelos corporales- a una desnudez molecular, líneas de segmentariedad blanda que dislocan, en su movimiento, en sus velocidades variables, los ancorajes de la sobrecodificación corporal del desnudo clásico. No sería del todo descabellado intentar cartografiar, en el registro del arte contemporáneo, la emergencia de inéditas micropolíticas del desnudamiento, capaces de motorizar -gracias a su fuerza disruptiva- desterritorializaciones en la representación molar de lo corporal; una suerte de movimiento tectónico en las sedimentaciones escópicas del desnudo como género artístico y como macropolítica de la desnudez. Revisemos algunas alternativas al canon de belleza occidental, en particular, algunas subversiones escópicas que problematizan la primacía de ciertos modelos corporales desplegados, redundantemente, en sus iteraciones. La delgadez parece ser, al interior de nuestra cultura visual, la condición sine qua non de desnudabilidad del cuerpo femenino, la enjuta piedra de toque de su belleza. En este sentido, visibilizar 62 otros cuerpos, desde una desnudez refractaria

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