Estéticas menores

Micropolíticas de la desnudez Fabián Giménez Gatto 1. Muchas voces se han alzado contra la desnudez. Pareciera que la oposición arte/pornografía se traduce en la antinomia desnudo/desnudez: por un lado, el cuerpo estetizado por las convenciones de las prácticas artísticas, arropado por un conjunto de códigos que lo convierten en un edificante y bello objeto, digno de contemplación y, por el otro, los cuerpos despojados de su ropa, «confusos e indefensos» (Clark dixit) arrojados a los lascivos placeres escópicos de la fruición pornográfica. Ahora bien, varios fotógrafos contemporáneos han intentado explorar la desnudez fuera del ámbito de lo pornográfico, pero sin caer en las convenciones representacionales del desnudo clásico. Greg Friedler, autor de las series NakedNew York (1997), NakedLos Angeles (1998), NakedLondon (2000) y NakedLas Vegas (2008), afirma, a propósito de su distanciamiento del desnudo, lo siguiente: Para este proyecto, deseaba fotografiar personas «desvestidas» en vez de figuras de «desnudo». A mi modo de ver, fotografiar a alguien sin ropa es intentar llegar a algún tipo de verdad, mientras que fotografiar a alguien desnudo está más vinculado a la satisfacción sexual, al erotismo o a nuestras convenciones de la belleza. En una fotografía, una persona sin ropa se representa a sí misma, mientras que un desnudo lleva el traje invisible de un ideal o un objeto de deseo, que nos impide entrar en contacto con la persona real (Friedler 1997: 5). La desnudez es entendida, entonces, como un significante más cercano a la individualidad y autenticidad de los modelos fotografiados que a los convencionalismos de la fotografía erótica. Los dípticos de Friedler, enmarcados por las cuatro ciudades que le 55 dan nombre a sus series, exploran la identidad de sus

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