Estéticas menores
11.SEXO Y LA CIUDAD entre las mujeres de todos los días. Se trata en ese caso de una «ilusión óptica» al revés que, en lugar de volver llamativa la artificialidad de lo femenino, se cuida de toda exageración retórica para asemejarse a las mujeres comunes y corrientes. Trans-periferias La personificación «mujer» del travesti se elabora mediante un ejercicio de desdoblamiento sexo-género que no se consuma enteramente en el simulacro. dejando semi-abierta una duda sobre la exactitud del calce anatómico entre lo masculino y lo femenino. Por muy lograda que resulte escénicamente la copia del original «mujer», está siempre el peligro de que la protuberancia de la manzana de adán termine delatando la impostura sexual advirtiendo el engrosamiento de la voz que revelará el engaño. liliana Alba, co-administradora del club Roshell, predica sin embargo como uno de los diez mandamientos de su show: «No fingirás la voz. Todas tienen voces bonitas. Todas esta noche sabemos que son hombres disfrazados de mujer(...) así que. por favor, no hagan su vocecita de <Ay, me llamo Maricarmen,. Sean felices con su voz». Liliana Alba prefiere que el juego de la ambivalencia sexual no disimule la contradicción masculino-femenino y asuma, por el contrario, este descalce de la voz como un atractivo más que desmiente la ficción naturalista de una feminidad verdadera, completa. De la voz al audio, del audio a la imagen y de la imagen a las escenas filmadas: la película Casa Roshell perfecciona el descalce para que lo trans se corra de todo ilusionismo de lo auténtico en materia de sexualidades, géneros, registros y lenguajes. En una entrevista realizada en torno a su película, la cineasta C. Donoso comenta: «Es una ficción, que está inspirada obviamente en cosas que han sucedido en el club y también es un retrato de las mujeres y hombres que van, pero no hay un registro documental. Ellas actúan. Hay un guión, diálogos que 178 se aprendieron y se ensayaron». (Sánchez 2017) Los
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=