Estéticas menores

NI UNA MENOS YLA VAN... 163 tales de atracción y gravitación entre cuerpos celestes. Las mareas afectan las vidas de los organismos y transforman los ecosistemas: hacen mutar las formas de vida y las relaciones entre ellas, las formas de vivir y estar juntxs. Desde 2015 una marea feminista se desplaza por el planeta Tierra Es el sujeto colectivo que las mujeres del mundo venimos tejiendo en un proceso revolucionario donde los cuerpos sexuados se mezclan, se confunden y se conectan. Una multitud diferen– ciada y articulada sin dueñas, ni jefas, ni líderes, pero que avanza y arrastra consigo con las es– tructuras, instituciones y formas de vida patriareales. la marea cruza fronteras, lenguas, clases y géneros, crece como una onda expansiva de deseo. Su método es la inteligencia colectiva, la amistad política, el cuidado mutuo y la imaginación de nue– vas formas de comunidad. Nos acuerpamos política y espiritual– mente para crear el mundo en el que queremos vivir. Mareadas en la marea es tanto un archivo vivo de esa experiencia como un espacio de reflexión acerca de cómo se vive un proceso revolucionario, a partir de la exploración de los materiales de una revolución sensible encon– trados en archivos personales. Objetos de poder, souvenirs que hablan, diario íntimo colectivo, alianzas insólitas, sororidades, escrituras y lecturas insumisas construyen algo absolutamente nuevo: una vanguardia feminista en la que se mezclan arte y política, historias y utopías.La historia aparece desde lo perso- Cecilia Palmeiro nal como radicalmente político en un mapa de la amistad como vínculo revolucionario. En 2015 comenzamos a soñar con una medida de fuerza original y poderosa: un paro de mujeres. Un año y medio después, el 19 de octubre de 2016. gracias a un enorme esfuerzo colectivo, esa idea que estaba en el aire se concretó como la primera huelga de mujeres de América Latina. Semejante acontecimien– to histórico, en tanto respuesta urgente a hechos intolerables de violencia y represión, fue organizado de manera alocada y apasionada por una coalición de grupos y mujeres autoconvoca– das en una semana. Estábamos improvisando algo totalmente nuevo y que nos transformaría para siempre. El paro se volvió una necesidad histórica objetiva, y emprendimos la aventura el primer paro internacional de mujeres el 8 de marzo de 2017. Esa experiencia nos dejó una vastísima organización política en red, profunda y radicalizada, que desborda nuestras vidas a nivel micro y macropolítico. Este año, el segundo Paro Internacio– nal de Mujeres se impuso con la fuerza de lo impostergable, de lo urgente. Se organiza entre todas y desde abajo, de manera horizontal y transversal. Lo que pasó entre estas fechas claves es fascinante y abrumador. Des– de entonces vivimos a toda velocidad con la certeza de que estamos para nosotras y que nos organizamos para cambiarlo todo. Aunque por momentos duela, la revolución es una fiesta.

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