Estéticas menores
NI UNA MENOS YLA VAN... Cecilia Palmeiro social y pueda hacer estallar eldiscurso institucional. (Perlongher 2004: 299) Frente a esto, Perlongher propone «un barroco de trincheras, un uso del barroco que pretende irrumpir en el llamado discurso social»' . La poesía vendría a mediar en un campo que se percibía como una necesidad inmediata: la acción política concreta orientada a la transformación social con énfasis en lo que Suely Rolnik llama junto con Guattari la micropolítica. (2006) Su poética del neobarroso, de un barroco de guerra que tiene al cuerpo como arena de lucha y al lenguaje como arma, se proponía como formulación poética de una erótica y una política, es una instancia fundacional de las lenguas de las locas. Perlongher, desde sus primeros pasos en el Frente de Liberación Homosexual de la Argentina (1972-1976) fue pionero en arengar una política de las locas, nombre con que se identificaban en principio las maricas u «homosexuales afeminados» como se nombraban en la época. Los textos de Perlongher defienden a la loca como resistencia contracultural frente al machismo, en la medida en que la marica en cuanto cuerpo feminizado asume voluntariamente los atributos de la mujer en el sentido de la sexualización del cuerpo: devenir homosexual y devenir mujer.• En el contexto de la experiencia de la dictadura, la figura de la marica refuerza su papel protagónico en el campo de las resistencias corporales, en tanto el cuerpo es el lugar de ejercicio de la autoridad pero también de la subversión. Particularmente el grupo Eros, dentro del FLH, proponía en la década del 70 «una revolución anarquista en el orden del deseo». y reivindicaba la figura de la marica escandalosa, andrógina, desestabilizadora de los modelos de masculinidad y femineidad, y desafiante del orden policial y militar. En el artículo «Homosexualidad masculina y machismo», el Grupo de Profesionales (uno de los 141 subgrupos del FLH) define a la marica como «varón
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