Estéticas menores

Ni una menos y la vanguardia feminista Cecilia Palmeiro Las mujeres, travestis. trans y cuerpos feminizados del mundo nos encontramos en un proceso de revolución sensible, existencial. Desde el 3 de junio de 2015, fecha de la primera marcha Ni una menos en la Argentina, que movilizó por primera vez a medio millón de personas en el país reclamando el fin de la violencia femicida, las mujeres y cuerpos feminizados del mundo hemos creado un sujeto político colectivo global: la marea feminista. Tal es el sujeto que vamos amasando en las manifestaciones oceánicas que desde 2015 atraviesan el mundo, desbordando desde América Latina y desde abajo. La metodología de la marea es: horizontalidad, transversalidad, interseccionalidad, traducción, internacionalismo, y colectivización de los medios intelectuales y artísticos de producción. Una liberación de la propiedad intelectual y del cuerpo individual en el coletivo que vemos proliferar en las marchas, las luchas, la imaginación creativa y en la constitución misma de la marea. Porque el deseo nace del derrumbe, de un mundo en ruinas hacemos emerger el mundo en el que queremos vivir. Y el arte, como el campo de experimentación creativa de lo que todavía no existe y reconfiguración sensible del mundo, tiene una función clave. En este terremoto/derrumbe de lo existente (el cis-hétero-patriacado capitalista) las fuerzas creativas se ven liberadas de la esfera del arte en el sentido de la autonomía, para entrar a jugar un rol central en la imaginación de lo verdaderamente nuevo, y en la construcción colectiva de las utopías. Este movimiento que hace estallar la esfera estética para dar forma a una nueva política puede ser llamado vanguardia feminista en sentido estético y político. A continuación, analizaré las características específicas de esta vanguardia a la luz de los 137 experimentos de la literatura latinoamericana, en

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=