Estéticas menores

LA DISEMINACIÓN DE LOS... Eugenia Brito cada cuerpo que cae es un retazo de un discurso que se desmorona. De esa manera, ni el texto ni su referente se juntan, ambos palidecen, es el sujeto que huye, una palidez más sobre la página, la literatura como cadáver cuyos últimos restos la novela exhibe de manera implacable. Así nación y novela miran con amargura su pacto político en Jamás elluego nunca, que emplaza esa relación, sospechando de ella, ubicándose en el fragmento, mostrando sus aristas más socavadas, hundiendo la pluma en ella con desencanto, para señalar la agonía del relato moderno. y para examinar la proliferación del absurdo en la pluralidad de las formas que tomó y que va tomando el sentido. La disputa de la pareja tiene que ver ahora con la desidentidad y el naufragio de sus relaciones con la historia oficial; queda sólo la pequeña historia personal, en donde la subjetividad femenina, yerma, irritada. elabora la crítica de los sentidos que armaron su pasado, por el signo presente que ella es. Por eso y porque siente sobre sí los efectos de esa gran batalla, perdida y arrastrando sus talones heridos y cojeantes, que la golpean con los rostros enfermos de distintas graves, terminales enfermedades. Esa imagen de término de la vejez, con su exceso de cuerpo y nada más que cuerpo, es elaborada por la protagonista como el último reducto hacia donde desplaza su esfuerzo. Esa vejez le muestra también, en espejo invertido, la propia decadencia, la incapacidad del relato épico de la izquierda para generar otro modelo alternativo que responda de manera más viva a las demandas de un país que fue atrapado en los deseos del capitalismo excesivo; el neoliberalismo triunfante y dominador de las fantasías, los mitos, las luchas de la política más ingenua de la U.P. y su desconocimiento de las furias y los odios que les acarreaban la desestabilización económica de los adinerados burgueses y su alejamiento del capital. 107 La transparencia del relato consiste en ubicar