La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile

La intensidad del acontecimiento. 46 Chile, la performance ha aceptado ya el desafío, pero lo hace en relación con un contexto en el que, en parte al menos, la división de lo sensible permanece anclada en un ordenamiento donde aún la “estética primera” sigue siendo, en muchos aspectos, dominante. Aquí, la necesidad del ajuste no sólo es espacial, sino también temporal, aunque, por supuesto, el arte aborda las tareas pendientes del pasado también con las herramientas del presente. El recurso a los medios tecnológicos no tiene por qué, necesariamente, oponerse al progreso de la nueva estética. Por el contrario, el empleo inteligente y hábil de los dispositivos y aparatos al interior de un complejo relacional puede favorecer la obtención de los objetivos comunes. Corresponde al artista-actor aportar las indicaciones que en un comienzo orientarán el proceso. Así, hemos podido ver –o hemos creído ver- cómo, recientemente, Gonzalo Rabanal, animador del colectivo Deformes , abordó el problema. En el M.A.C. de la Quinta Normal, Rabanal puso en escena el tema de la ruina y la pobreza mediante una performance que, por una parte, aborda la cuestión social: el preformista cubre su cuerpo con la ropa usada que antes compró a pequeños comerciantes que operan en los barrios pobres. Esa realidad social es confrontada, por otra parte, con la cruel realidad que viven las direcciones políticas, las mismas que se habían dado la tarea de acabar con la pobreza, pero cuyos símbolos vemos hoy caer en ruinas. En escena vemos la precariedad, sin embargo se trata de una precariedad elementalmente tecnificada: un viejo fonógrafo deja escuchar la música que animaba las ceremonias organizadas antaño por el Partido Comunista chino. Rabanal, convertido en un tótem enteramente cubierto de rojo por las abundantes prendas de ropa que han ido cubriendo su cuerpo, deja caer las enseñas revolucionarias (la hoz y el martillo) y, levantándose de su silla hecha de viejas tablas unidas por clavos, inicia una danza ritual que concluye con su salida de escena. Sólo algunas decenas de personas compartieron con el performer la puesta en escena in situ de la ruina y la pobreza , pero los recursos técnicos con los que ahora contamos permitirán la existencia de un registro audio-visual que asegura que la recepción del acontecimiento artístico podrá ser mucho más amplia. Posiblemente las imágenes de la acción podrán ser vistas en Internet. Está claro que la relación del hombre con su entorno es mucho más que puramente visual, pero no es necesario detallar aquí cuán importante es esa relación visual.

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