La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile
29 ó F sobre las causas de su reciente separación como pareja. Las respuestas son permanentemente manipuladas por el interrogador de modo de hacer aparecer al hombre como víctima, lo que generaría de parte del auditorio una reacción contraria ante la flagrante manipulación. Mientras sucede el interrogatorio la hija menor con vestuario gótico (17 años) da vueltas en patines alrededor de la pareja. Los dos hijos mayores con accesorios y vestuario punk (20 y 21 años) se retiran de la sala al cabo de la primera y segunda respuesta. Los tres hijos salen de la acción quedando solo la pareja. Una vez trozados los seis conejos se da por terminada la acción. La performance se enmarca en la serie de trabajos autobiográficos que Rabanal desarrolló en esa época en los que, como el anterior, se trataba de “saldar deudas”. En esta oportunidad lo que se buscaba, tal cual lo indica el propio Rabanal 34 era tensionar paródicamente su propia ruptura matrimonial sobre-exponiendo a través de una performance la intimidad del rompimiento, el duelo y el drama familiar consiguiente. El carácter paródico se extendía al procedimiento performativo mismo, en cuanto ponía en tensión la acción con su registro exhibido ante el público como un gran plano secuencia. En este caso es el dispositivo narrativo-fílmico el que altera la acción viva, desarticulando el espesor de lo presencial para transformarlo en simulacro. El drama familiar convertido en el melodrama de un reconocible concurso de parejas televisivo para manifestar el carácter de acto fallido de toda historia sentimental, fracaso que se replica a la propia performance en tanto dispositivo artístico: “Todos estos elementos – señala Rabanal - y muchos otros, conjugaron un momento de morbo, de diálogos parodiantes y trágicos con un final facturado como guión, como es el amor por la performance.” Crítica a la performance como expectativa de intensidad. Sin embargo, el efecto de mediatización al que es sometida la contemplación de la acción no sólo lograba interrumpir la expectativa de una audiencia que había sido invitada a presenciar una acción en vivo y lo que ello significa, también atentaba contra la posibilidad de articular una historia, más bien dicho, la imposibilidad de producir el relato serio de las cosas, en definitiva, le enrostraba al público que todo relato no es sino parodia de sí mismo, una fútil impostura. 34 Entrevista realizada a Gonzalo Rabanal a través de e-mail con fecha 29-07-2010 y 11-08-2010 por el autor del texto. Mauricio Barría Jara
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