La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile

La intensidad del acontecimiento. 24 Así como no es posible el fin de la representación (Derrida 30 ), la performance como actividad no viene a clausurar algo, sino a producir zonas umbrales en las que la representación o el relato se tensiona al límite o se suspenden transitoriamente. Resulta clarificador pensar la performatividad como flujo de intensidades energéticas, en las que, no existiendo matrices de eficacia no hay catarsis o descarga pulsional. Sin embargo, ello no implica que el espectador de la acción no sienta que algo sucede ante sí, o mejor dicho sucede CON él. La idea de flujo de intensidades sin descarga, nos insta a pensar en una lógica del deseo, y a la performance como un dispositivo pulsional (Lyotard 31 ). Pero si el desear implica la remisión a una ausencia, a diferencia del teatro convencional, en el que se introduce un sustituto de la presencia como ficción, la performance operaría en el diferimiento infinito de la presencia, entonces producción de ausencia, producción del deseo o más claramente del desear. La oquedad de esta relación sin descarga define al cuerpo del performer como acontecimiento/lugar del límite y de la urgencia del relato. Es sobre el cuerpo, ahora del performer y el del espectador sobre el que cae el peso de la ausencia, como imperativo de relato, de memoria. La memoria se corporaliza, como herida o huella perenne. La memoria deja de ser representación, para transformarse en producción performativa. En este sentido, la observación de Sontag acerca del carácter siempre presente de la performance es inquietante: “Al faltarles una trama y un discurso racional continuado, no tienen pasado” 32 . Pero, esta sustracción diegética que la hace estar siempre en el tiempo presente, es paradójica, pues lo es del presente de una duración . La performance, no es pues una solución a un problema soluble, es la ocurrencia de una tensión irreconciliable en la que se constituye como en un “punto de ebullición” la subjetividad, escindida entre el suceder de la instantaneidad y la imperiosa producción de memoria y promesa, es decir, de historia. Por ello, desde el lugar del cuerpo el uso de tecnología aparece más interesante. Es desde este lugar, donde es posible comprender a cabalidad la propuesta de Féral, y menos desde una confrontación con la teoría de la visualidad. El artista trabaja su cuerpo en la performance, tanto como la propia performance trabaja el cuerpo del performer. En este flujo energético se juega la disolución del sujeto 30 Derrida, Jacques “El teatro de la crueldad y la clausura de la representación”, en La escritura y la diferencia, Barcelona, Anthropos, 1989: pp.318-343 31 Lyotard, Jean-Francois, Dispositivos pulsionales. Madrid, Fundamentos, 1981 32 Sontag, 340

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=