La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile

21 pensar en la idea de un inconciente óptico operacionalizado digitalmente que haría suceder (o colocaría ante los ojos) el acontecer aurático del cuerpo. Para Jossette Féral, en tanto la performance se entiende como una teorización de la percepción el uso de medios audiovisuales y sonoros se hace indispensable, en tanto, actúan como catalizadores que permiten los cambios de percepción que deben producirse: “Los diferentes “media” (teleobjetivos, aparatos de foto, cámaras, pantallas de video, televisión) actúan aquí sobre el cuerpo y el espacio, como microscopios destinados a agrandar lo infinitamente pequeño, a reducir lo infinitamente grande y a focalizar la atención del público sobre espacios físicos restringidos arbitrariamente, recortados por el deseo del performer que los transforma en espacios imaginarios, zona de paso de sus flujos y de sus fantasmas personales. Es la puesta en evidencia del cuerpo parcelado, fragmentado, y sin embargo uno, un cuerpo percibido y ofrecido como lugar de deseo, lugar de desplazamiento y de fluctuaciones, un cuerpo que la performance inscribe en el centro de su arte bajo todas sus formas”. 22 El cuerpo Pero la cuestión es aquí: ¿hasta qué punto la manipulación de estos recursos no hace ingresar a la Performance en una economía del relato, entonces de la representación? Recorte sobre el cuerpo, amplificación, determinación de (o fijación) de punto de vista, ritmos, en fin edición. De alguna manera en el video no puede suceder el tiempo como tiempo cotidiano, al funcionar el medio como distanciamiento, inmediatamente me arroja del cotidiano a la construcción interiorizada de una realidad (como sueños dice Féral). 23 El video produce distanciamiento porque al igual que en la epicidad brechtiana, se organiza el tiempo, y donde hay organización temporal hay una técnica temporal. El video- arte, en cambio, puede abandonar lo narrativo cuando devela lo puramente visivo o pictórico, cuado pone en juego a la mirada que construye el encuadre, instalándose en una lógica de la sensación claramente fuera de una matriz escénica 24 . Pero en tanto registro, amplificación o apoyo de UNA acción que 22 Féral, (1993) p. 215 23 Id. 215 24 Sobre la construcción visual como máquina escénica, véase Pradier, J-M, “Artes de la vida y ciencias de lo vivo”, Revista Conjunto 123 (2001) pp 15-28. De esto se despende una cuestión capital para comprender la performance como alteración del encuadre escénico sobre el que se ha fundado la noción de imagen y representación moderna. Véase también Fried, Michael, El lugar del espectador. Estética y orígenes de la pintura moderna, Madrid: Visor, 2000 Mauricio Barría Jara

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