La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile
La intensidad del acontecimiento. 20 masivos. Bajo estos supuestos, continua Oyarzún, es que algunas obras de video arte se proponen trabajan sobre el propio soporte buscando “insistir en la mediación icónica o electrónica, en el gránulo visual, para hacer patente el medio en que operan, para distanciarlo reflexivamente, para separar el medio del mensaje y a un más, el medio del medio.” 20 En definitiva el potencial crítico o la reserva crítica del video consiste en la constante elaboración de una política de la visualidad, del develamiento de la eficiencia tecnológica de lo visivo. Es notable, desde esta perspectiva la coincidencia problemática entre video y performance respecto del cuestionamiento a la comunicación. Solo que en el primer caso para cuestionar el carácter telemático de ésta, en el segundo para probar sus reales posibilidades inter-subjetivas. En el caso del videoarte el borramiento de la materialidad del sujeto focaliza la cuestión al interior de un problema netamente artístico o representacional, en el caso de la performance hacia un asunto sociológico y cultural, es decir, a una crítica de la subjetividad ya no como (o sólo como) imagen del mundo, sino como bíos . Las concepciones de subjetividad en uno y otro caso es lo que se pone en juego, es en lo que se asemejan finalmente, pero, a su vez lo que las separa inevitablemente respecto al rol que juega el cuerpo en esta concepción. ¿Hasta qué punto el traspaso de la experiencia a la mediación a través del ojo electrónico de la cámara subvierte (o traiciona) el carácter de acción y de cuerpo matérico de la experiencia en vivo? ¿Es posible todavía ahí hablar de performance? ¿Es posible hablar de video-performance? Yo diría que sí. Una vez que re-conceptualicemos la política corporal con la cual se entiende la acción preformativa. Lo que está claro en todo caso que una teoría de la video-performance no puede partir sobre el análisis de los recursos de grabación. Hay que dejar de lado en primer lugar la pretensión de neutralidad que supondría la mirada mediada por el lente, desde ya el supuesto neorrealista que implica la noción de Registro y la idea del efecto del Real-Time o de lo On-live. Pensar desde los recursos de grabación sería como pensar desde esa noción ingenua de la fotografía que propone Barthes (1986) en “El mensaje fotográfico” 21 : como un analogon perfecto de la realidad , es decir una representación sin código, una representación paradójicamente sin mediación, sin connotación. Antes cabría 20 Id. 172 21 Barthes, Roland, “El mensaje fotográfico” en Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos, voces. Barcelona, Paidós Comunicación: 1986, pp. 11-28
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