La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile

La intensidad del acontecimiento. 156 zona de luz para ser iluminado, que el público debe ver al actor/ personaje, que éste debe hablar con una ajustada dicción para que se le entienda y comprenda, y que la persona que está en el fondo de la sala pueda escucharlo tan nítidamente como aquella que está en primera fila. Para esto, repito se necesita una técnica vocal. Existe una planta de movimiento que debe ser planificada, ensayada y respetada; las entradas y salidas también están programadas, no olvidemos el vestuario, la utilería, la música, etc. Los sentimientos, las emociones deben proyectarse integralmente. Todo lo planteado es artificial.” 10 Debo hacer una digresión; este germen de inquietud ya se había manifestado antes en mí. Fue en la época de la Unidad Popular en que como actor del DETUCH, Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, me angustiaba el hecho que las instituciones culturales no pudiesen realizar el cambio que la situación político-social exigía, continuando la producción de obras que escénicamente no correspondían a los tiempos que vivíamos. Renuncié por esto a mi puesto estable de actor, solo tres meses antes del golpe, en julio de mil novecientos setenta y tres. Mi carta de renuncia la hice en veintiún décimas populares al estilo del “canto a lo humano”; intentaba buscar otros caminos teatrales, que respondieran artísticamente a ese proceso sobrehumano de la Unidad Popular, sueño interrumpido brutalmente, que desgraciadamente no llegué a concretar a causa del Golpe de Estado. La décima X decía: “Y mientras crece la vida, el teatro busca la muerte y se abandona a la suerte debajo de treinta heridas de un cuerpo que no respira. Objetivo, es la palabra que por ser tan manoseada ni recuerdan qué es lo que es. Pregúntense por una vez “Por qué”y“Para qué”se ara.» 10 Íbidem.

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