La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile

129 Gonzalo Rabanal recepción en el circuito, sea cual sea. Quién sabe si esta presencia del cuerpo se debe sostener a partir de una labor correspondiente a unos pocos performistas o exclusivamente de los muchos artistas que hoy ven en ella desde la música, el video, la danza, el teatro, las artes visuales, un lugar para asociar más que desmembrar, sumar más que restar. Quién sabe qué nacimiento y desarrollo tendrá. Sin duda deberá diferenciarse del rancio debate de turno. Se perfila la performance sin excesiva especialización, sin ámbito único, interceptada, individual y social a la vez. Viene, el cuerpo viene político, radical, nuevo como es la nueva dinámica de la performance capaz de hablar con todos y con ninguno a la vez, poderosa y singular. Pienso seriamente que la performance es algo sumamente compleja, y después de muchas cosas más: un goce, una pasión, una seducción, una cultura, una resistencia política, una sensación, un tipo de arte que se siempre se prolonga para dar forma a la presencia del cuerpo y convocar la mirada y el acto. Viene, el cuerpo viene político, radical, nuevo como es la nueva dinámica de la performance capaz de hablar con todos y con ninguno a la vez, poderosa y singular. Pienso seriamente que la performance es algo sumamente compleja, y después de muchas cosas más: un goce, una pasión, una seducción, una cultura, una resistencia política, una sensación, un tipo de arte que se siempre se prolonga para dar forma a la presencia del cuerpo y convocar la mirada y el acto.

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