La intensidad del acontecimiento: escrituras y relatos en torno a la performance en Chile
107 cuerpo como la composición de sus relaciones de fuerza. Acerca de esto, todo lo que define a un cuerpo es el sentido y valor de las fuerzas por las cuales deviene y funciona como sujeto. En este sentido, el carácter político de la performance es la “puesta en escena” de la deconstrucción del sujeto hacia las fuerzas que lo traman. III Los desplazamientos que hemos desarrollado a partir de la reflexión del cuerpo en la performance y, luego, en la representación y el problema de la autonomía del sujeto moderno, están encaminados a una estrategia de reflexión política que tiene por centro de gravedad, una analítica de la producción subjetiva basada en el cuerpo como lugar de las prácticas de control somático y afectivo de la sensibilidad humana. En el esfuerzo teórico de los elementos concatenados en esta proposición de lectura, se ha hecho sentir el valor de un modelo reflexivo centrado en la performance como un territorio capaz de administrar una lucidez estética basada en la conciencia inherentemente política de la sensibilidad humana, de sus modulaciones disciplinares, y de sus posibilidades de destitución critica. En afinidad a este punto y como ya habíamos esbozado, la performance representa para nosotros una práctica artística que puede ser leída en clave materialista, en el sentido que instala al cuerpo como lugar para pensar la repercusión de los dispositivos que animan y dan sentido a la vida de los sujetos. Así, los planos que atraviesan desde el cuerpo como negatividad a la descorporalización, hasta el problema de la conciencia autónoma y la separación cuerpo-alma, han configurado la matriz crítica sobre la que se levanta una perspectiva materialista del cuerpo en el procedimiento de performance. La analítica materialista a la que me refiero pasa por considerar una inversión fundamental, a saber, que no podemos llegar al problema del sujeto sólo por la consideración metafísica de su estructura en sí. En el orden trascendente del sujeto opera -como hemos visto- una práctica de separación que despliega el problema por sobre la consideración y función de tal separación; de forma, que se ubica en un primer plano algo que es totalmente producido por la acción de separación, a saber, la conciencia, espíritu, alma o cualquiera sea el nombre que César Vargas
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